lunes, 30 de diciembre de 2019

...la única flecha hundida...


He recibido la tarde de hoy, 30 de diciembre, 2019, este maravilloso poema del muy querido amigo Dyma EZBAN (autor del poema MOZART, de mi rap para MOZART). Me entusiasma poder compartirlo.


jueves, 26 de diciembre de 2019

Un columpio será siempre una provocación




                         Un columpio será siempre una provocación

                                                     por Manuel Naredo*

Escribe David Huerta, el extraordinario poeta y maestro mexicano, sobre el también poeta checo Rainer María Rilke, cuya obra inspira las composiciones que le dan forma al disco que hoy se presenta:

“Rilke, poeta de lengua alemana, nació en una de las más hermosas ciudades de Europa, Praga, en el corazón de Bohemia. Fue el suyo un espíritu de fragilidad abismal; pero supo descubrir con los ojos abiertos visiones únicas y tuvo el pulso firme para llevarlas al papel”.

Seguramente ese mismo pulso firme del que habla Huerta, muy firme, es el que se requiere para dirigir una orquesta, o el que es imprescindible para componer música. El que, a fin de cuentas, es menester poseer para hacerle frente a la vida, siempre provocadora de temblores y titubeos.

El pulso firme que necesariamente tuvo que tener Sergio Cárdenas, quien tantos afectos tiene en nuestro Querétaro, para llevar a las cuerdas y al clarinete lo muy complejo, y paradójicamente, contradictoriamente, también lo extremadamente simple de esa vida provocadora.

Rilke con tres poemas: “Columpios”, “Cuando alguna vez te pierda…”, y “La Canción de la Estatua”, inspira a Cárdenas, lo mismo en Ansbach, Alemania, que en Guanajuato, a crear la música del disco que hoy nos ocupa, y tras esa inspiración, el propio Cárdenas, con esta su música, nos inspira a su vez a nosotros, a quienes la escuchamos, haciéndonos evocar, imaginar, recordar… Finalmente nos invita, o nos obliga, a vivir o a revivir con ella.

Cárdenas, la Filarmónica de Cámara de Polonia, y el clarinetista suizo Rolf Weber, nos llevan de la mano hasta ese elemento tan ineludiblemente evocador que es el columpio; nos hacen subir en él para dejarnos llevar por su vaivén, por su surcar los aires, nuestros propios aires, para afrontar y confrontar, entre sus notas, nuestros sueños y nuestros miedos, perdidos ya o aún vigentes.

Por siempre montados en nuestro propio columpio, condenados a balancearnos sin medida por nuestro mundo, yendo y viniendo sin parar y sin descanso, solemos pensar que vamos cuando en realidad regresamos, pretendemos llegar al tiempo que partimos, repetida e incesantemente, siempre de cero.
A veces con apuro, a veces con calma; a ratos violentamente, a ratos atesorando una efímera paz, nos columpiamos eternamente; o más bien, nos columpian por siempre.

“El columpio osciló a través del dolor”, reza el poema inspirador de Rilke. “Pero mira, era la sombra del árbol del que cuelga.
Si yo ahora huyo o hacia delante oscilo, aventado por el impulso en el vaivén, todo eso no es aún ni siquiera el árbol.
Ya sea que oscile inclinado o de escarpada manera, yo solo siento el columpio; de quien me carga, apenas me doy cuenta”.

El árbol del que cuelga nuestro particular columpio permanecerá por siempre en el anonimato, ausente de nuestro entendimiento; apenas, si acaso, nos dejará ver su sombra, como diría Rilke, para que podamos conjeturar, tan sólo conjeturar, sobre su existencia.

Al escuchar la música de Cárdenas, evocando estas palabras del poeta checo, cada quien, gracias a la maravillosa poción mágica del arte, podrá evocar a su vez sus propias palabras, o sus propias imágenes. Yo personalmente tengo, desde luego, las mías.

Un columpio será siempre una provocación al sueño de volar, de despegar los pies del piso para sentirlos desplazarse por los aires de la libertad. Nadie que haga a un lado la distracción cotidiana, que se percate realmente de su existencia, puede escapar al embrujo de un columpio, a la cosquillante tentación de treparse en él para sentir, de manera fehaciente, que se está en posibilidades, en bendita condición, de tocar las estrellas.

Pero también, claro, un columpio es un inmejorable medio para recordar la niñez, porque finalmente nos hace ver que todos, sin excepción, seguimos llevando a ese niño que fuimos, lo hayamos o no traicionado aún, muy dispuesto a treparse en sus posibilidades de aventura.

Por eso es que escuchando este “Columpios”, pieza inicial que le da nombre al disco, a mi imaginación vino presuroso aquel enorme, altísimo columpio que presidía el jardín de la casa de un amigo de mi niñez. Con él vinieron también, desde luego, el miedo que me producía, y la honesta admiración, casi la auténtica envidia, que me provocaban los altos viajes por los aires de aquel mi desenfadado amigo, sujeto apenas por las gruesas y largas cadenas que sostenían su columpio.

Estoy seguro que, de haber entonces vencido mi propio miedo a volar, al tiempo que hubiese visto, en un ir y venir incesante, parte de las azoteas del Querétaro de los sesentas, hubiese también logrado percibir, más allá del repicar de las campanas de la cercana Catedral, la persistente presencia de un clarinete, burlando la barrera invisible de los violines y horadando la grave consistencia de los cellos, a veces apaciblemente, a ratos violentamente, como la vida misma, esa vida que debe verse mucho mejor desde la altura de un columpio tan impresionante como el que presidía el jardín de la casa de mi amigo de la niñez.

Cuando el maestro Cárdenas me invitó a esta presentación le dije que seguramente había elegido muy mal, pues no soy, es evidente, un conocedor de la materia; antes bien, me considero un analfabeta musical. Pero lo que también es cierto y evidente, es que la música, más allá de la técnica o la precisión con la que se estructure o se interprete, representa un lenguaje tan universal, tan intenso y propio, que nos hace siempre recordar que, más allá de agua, de hueso y carne, estamos hechos fundamentalmente de música, una música que, como bien asegura el dicho, llevamos por dentro.

Y es que la vida misma está hecha de música. La música prevalece aún a nuestro pesar, permanece antes y después de nuestro paso, le da forma a la cotidianidad, le da esperanzas a la existencia.

Dice el propio Cárdenas:

“La música es un misterio.
En algún momento, por un momento, ese misterio nos es revelado.
Es una revelación cuya fugacidad perturba, cuya plenitud envuelve y nos posee.
Es un acontecer que cuestiona y desnuda, que remite a Dios.
La música es Dios.”

O quizá, simplemente, es que Dios se nos presenta también, tal vez preponderantemente, por la inmejorable vía del arte. A través de la música, por ejemplo, nos recuerda cosas tan elementales como que sobre un columpio nos mece eternamente y sin remedio, a veces más rápido y violentamente, a ratos tierna, tersamente. Dios, profundo y eterno misterio, se hace música para ampliarnos aún más ese su misterio.+++


* Texto de © Manuel Naredo, leído por él mismo en la presentación del CD “COLUMPIOS, Música de Sergio Cárdenas para Orquesta de Cuerdas”, que tuvo lugar el 5 de diciembre, 2005, en el Museo de la Ciudad de Querétaro, Qro., México. Manuel Naredo es el Coordinador General del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Querétaro, México.




sábado, 21 de diciembre de 2019

BOSQUES, de J. P. MONCAYO



Bosques, de José Pablo Moncayo.
por Sergio Cárdenas*

Se cuenta que el compositor mexicano José Pablo Moncayo (Guadalajara, 29 de junio de 1912- Ciudad de México, 16 de junio de 1958) llegaba a referirse a sí mismo, con no poca tristeza o sarcasmo, como el José Pablo Huapango: tal era la influencia de la popularidad que había alcanzado su célebre pieza estrenada en 1941 bajo la conducción de Carlos Chávez.  No halagaba mucho a Moncayo ese circunstancia pues, aún el día de hoy, el resto de su legado musical sigue “bajo la sombra” de la pieza que le dio fama. Esa pieza  era considerada por Moncayo más como una suerte de “tesis de graduación o examen profesional” que como una obra consumada.
Habiendo tenido la suerte de contar con la guía maestra de Candelario Huízar durante su estancia en el Conservatorio Nacional de Música (Ciudad de México), Moncayo logró dejarnos un corpus musical que se distingue por la finura, transparencia y efectividad, elementos  que corroboran la excelente factura de sus obras. No encontramos en ellas elucubraciones que uno asociaría con una especie de filosofar musical, ni acciones contestatarias que darían la idea de rompimiento con las tradiciones. Moncayo encaja en una corriente que bien podríamos ubicar en un cierto impresionismo nacionalista  que señala de manera directa, sin ambages, su asombro ante las expresiones sencillas y contundentes que encuentra en lo popular, así como la frescura y espontaneidad que caracteriza la modernidad del México post-revolucionario influido por las aportaciones musicales de la Europa inmersa y/o recién salida de la llamada Segunda Guerra Mundial.
Bosques, compuesta en 1954, es, a mi parecer, la verdadera obra maestra, cumbre, de este compositor jalisciense tan dotado de una  respiración fluida, evocativa, tierna y recia a la vez, honesta y contundente. Estrenada en Guadalajara en 1957 bajo la conducción de su coterráneo Blas Galindo, Bosques tuvo que esperar dos décadas para tener una segunda audición que permitió al público de la capital mexicana conocer este magnífico ejemplo de creatividad musical mexicana. 
Mi reverencia ante  esta obra crece por razón sentimental: fue la obra con la que inicié el primer concierto de mi primera temporada de conciertos en tanto que Director Artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, en septiembre de 1979, organismo musical del que Moncayo había sido su primer Director Titular.  Por aquellos años, Clara, la viuda de Moncayo, me contó que su marido visitó con frecuencia el Parque Nacional de la Marquesa (al que cruza la autopista México-Toluca) cuando se encontraba componiendo este cautivador poema sinfónico. No tengo porqué dudar de esta información: escuchando Bosques podemos corroborar que así fue: el espíritu de la entereza, vitalidad y serenidad de la vegetación, tan seductora, de ese hermoso parque, “amenizada” por el canto de las aves que allí radican o visitan, está manifestado de manera plena, directa y sensible en Bosques, de José Pablo Moncayo.
 





José Pablo Moncayo en 1948.












*Profesor Titular de Carrera en la Facultad de Música-UNAM; Director Artístico de CONSORTIUM SONORUS, orquesta de cámara, Ciudad de México.



viernes, 29 de noviembre de 2019

12 años en Música de Concierto de México


En junio de 2007, fui electo por unanimidad, Presidente de la promotora Música de Concierto de México, S.C., fundada por el compositor mexicano Manuel Enríquez y otros colegas que le apostaron a la promoción de nuestra música de concierto.

Entre las actividades más importantes que lleva a cabo esta promotora, está la renta de materiales de ejecución a las orquestas de México y del mundo, de las obras que engalanan nuestro catálogo. Comparto aquí información estadística que da cuenta de las obras de nuestros compositores que se rentaron en el periodo comprendido entre junio de 2007 y diciembre de 2018. Esta valiosa información de la historia de la exposición de música mexicana de concierto, fue recopilada por mis colaboradoras en la promotora, la Sra. Cristina Galván y la Srita. Eunice Rocha. Mi gratitud a ellas por esta significativa aportación a la documentación sobre la presencia de la obra de nuestros socios compositores en las salas de concierto de México y del mundo.

En septiembre, 2019, fui reelecto (por tercera ocasión consecutiva) en la posición de Presidente de la promotora, como lo informé en  http://onomatopeyadeloindecible.blogspot.com/2019/08/musica-de-concierto-de-mexico-s-c-nueva.html

Agradezco a los compositores socios de Música de Concierto de México, S.C., la confianza que me han dispensado a lo largo de estos años. De similar manera, agradezco a la Sociedad de Autores y Compositores de México, S de GC de IP, el apoyo que ha hecho posible que la sede de nuestra Sociedad Civil, esté en sus instalaciones de la Ciudad de México. Hago votos porque la música mexicana de concierto tenga una mayor presencia en las salas de concierto de nuestro país y allende las fronteras.















miércoles, 27 de noviembre de 2019

50 años como compositor


La Sociedad de Autores y Compositores de México, S de GC de IP, tuvo a bien incluirme entre los festejados en su ya tradicional ceremonia que reconoce la trayectoria de los compositores musicales de México. En mi caso, lo hizo con motivo del cincuentenario de la primera exposición pública de una obra musical de mi autoría, que tuvo lugar el 28 de junio de 1969.

Hoy, 27 de noviembre de 2019, recibí un ejemplar del Libro-Memoria de esa celebración, así como un DVD que recoge mi participación en la referida ceremonia. El enlace al video es

https://youtu.be/dzN8K_uIKhA 

Mi agradecimiento y felicitación al Ing. Gonzalo Curiel, así como a su equipo de colaboradores, que con esmero y cariño prepararon el festejo y la edición de esta memoria. La fotografía fue tomada por Jesús Morales.














martes, 26 de noviembre de 2019

¿Qué es CONSORTIUM SONORUS?




                           CURRICULUM VITAE 
                                               de 
                        CONSORTIUM SONORUS


   Consortium Sonorus* (CS) es una orquesta de cámara de ímpetu y configuración juvenil que inició actividades en los albores del año 2016, gracias a una iniciativa del compositor musical y director sinfónico mexicano, Sergio Cárdenas. Lo hizo en el seno de la Facultad de Música-UNAM, pues la mayoría de sus integrantes eran, en ese momento, estudiantes avanzados de esa institución.

   Desde el inicio de sus actividades, la organización del ensamble se planteó como un organismo de autogestión, con vocación democrática. En su aún corta historia, Consortium Sonorus no ha recibido ningún tipo de subsidio (federal, estatal o municipal) que coadyuve a la realización de sus actividades. Además, todos los integrantes, incluido su Fundador y Director Artístico, han venido llevando a cabo sus acciones en CS, ad honorem.

   Este espléndido y energético ensamble, ha desplegado sus hermosas sonoridades en más de 20 distintos recintos de la capital mexicana, algunos de ellos con emblemática tradición concertística, como lo son la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, la Sala Nezahualcóyotl, del CCU, y el Auditorio Divino Narciso, de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Asimismo, ha tenido exitosas presentaciones ante públicos de los estados de Querétaro, Morelos, Tlaxcala y Estado de México.

   En los más de 45 conciertos brindados al día de hoy, CS ha promovido a más de 40 jóvenes músicos mexicanos como solistas de sus conciertos, así como incluido más de 15 obras de la autoría de compositores mexicanos, cuatro de ellas en estreno mundial al resultar triunfadoras del Concurso Joaquín Gutiérrez Heras de Composición Musical, patrocinado por herederos del compositor. Del repertorio internacional, Consortium Sonorus ha abordado más de 45 obras diversas de los siglos  XVIII al XXI. Fiel a su compromiso con el desarrollo de jóvenes talentos mexicanos, Consortium Sonorus ha impulsado a jóvenes directores de orquesta: cinco (5) jóvenes han empuñado la batuta ante el ensamble conduciendo demandantes obras.
  
   En un tenor similar, Consortium Sonorus ha ampliado su campo de acción al integrar a un joven ensamble coral, como es el coro Cánticum Novum, a sus actividades concertísticas. Merece especial mención la generosa acción emprendida por Consortium Sonorus en beneficio de la damnificados del temblor del 19 de septiembre de 2017.

   Consortium Sonorus ha desempeñado una papel exitoso en la formación de públicos, lo cual ha quedado manifestado a través de la versatilidad demostrada en sus ambiciosas programaciones y a través del carácter pedagógico que manifiesta con frecuencia en sus presentaciones públicas. Notorias han sido sus presentaciones ante públicos universitarios y ante públicos asistentes a diferentes congresos de índole científica.

   Consortium Sonorus subraya entre sus actividades, la aportación profesionalizante que hace a cada uno de sus integrantes. Por ello se apreció mucho la impartición de un Curso Magistral a cargo del gran violinista mexicano Adrián Justus. En este mismo marco de acción, para CS constituyó un enorme honor la participación de la insigne pianista mexicana GUADALUPE PARRONDO, como solista del ensamble. Cada integrante de CS   asume responsabilidades específicas en el ensamble.

A punto de concluir el cuarto año de exitosas actividades musicales ininterrumpidas, CONSORTIUM SONORUS se yergue como un enjundioso ensamble juvenil mexicano de ejemplar trayectoria, de cautivadora manera de compartir su vocación musical y de un entusiasmo que le apuesta a un futuro luminoso de brillantes sonoridades en el horizonte nacional. Su misión bien podría ser como una entidad que siembra futuro musical cualitativo en la juventud mexicana con su consecuente repercusión en el público de todas las edades y estratos sociales.

                                                                                                          Ciudad de México; noviembre de 2019.

* grupo o asociación sonora o sonante.

sábado, 23 de noviembre de 2019

Mi rap para Mozart en la Sala Hermilo Novelo



El jueves 21 de noviembre, 2019, por la noche, en la Sala Hermilo Novelo, del CCOY: ¡qué manera tan magnífica de celebrar el día del músico con los muy talentosos alumnos de la insigne pianista mexicana GUADALUPE PARRONDO! La verdad, brillaron en sus distintas participaciones exponiendo obras de Shostakovich, J. Rosas, Saint-Saëns y, con enorme deferencia para conmigo, mi rap para Mozart, “The flower is a key”, sobre un poema del guanajuatense Dyma Ezban, en la versión para dos pianos y rapero realizada por Christoph Splittstoesser.
Agradezco de corazón a Álembert Vázquez y Edmundo Salazar su lograda participación pianística en esta obra de mi autoría original; asimismo, agradezco a Ángel Hernández su lograda participación como rapero: a ellos ¡mi entusiasta felicitación!
En el intermedio de la velada, se me entregó en Reconocimiento que anexo, mismo que no especifica que lo ahí manifestado tuvo lugar en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, que por estos días festeja cuatro décadas de ininterrumpida actividad, gracias a la visionaria labor de Doña Carmen Romano Nolk, fundadora de la institución.


La velada, que llevó por título “Rapeando with Cecilia”, coincidió con la celebración de las cuatro décadas que Guadalupe Parrondo ha compartido, de manera más que generosa y, a la vez, con plena responsabilidad artística, su experiencia y conocimientos pianísticos, forjando así varias generaciones de magníficos pianistas mexicanos que enaltecen la música de México.
Así, pues, felicitaciones múltiples: por el Día del Músico; por los 40 años del CCOY; por las cuatro décadas de apasionada labor pedagógica de Guadalupe Parrondo; y por el brillante examen de música de cámara brindado en la referida velada: ¡Enhorabuena!

sábado, 16 de noviembre de 2019

"Marchita el alma", en TAIWÁN




“MARCHITA EL ALMA”, EN TAIWÁN

El pasado mes de octubre, 2019, el joven pianista guanajuatense (*Salvatierra), Hernán Martínez Mercado, se presentó con éxito ante públicos de la República China de Taiwán, exponiendo un programa configurado de manera íntegra con obras de autoría mexicana, como se puede apreciar en la foto del programa de mano que se anexa . Martínez Mercado tuvo a bien incluir mi fantasía para piano solo sobre la melodía “Marchita el alma”, de la autoría del también guanajuatense  (*Silao) Antonio Zúñiga (melodía que ha sido atribuida a Manuel M. Ponce). De fuerte carga expresionista, mi fantasía sobre “Marchita el alma” teje sonoridades de tremenda complejidad cromática, demandando del pianista el hacer suyo ese dramático marchitar del alma abatida que se desgrana errando, sin esperanza de alcanzar al ser amado.

Martínez Mercado me ha comentado que la pieza fue muy bien recibida por los públicos taiwaneses que la escucharon en las ciudades de Taipei (23 de octubre), Kaohsiung (27 de octubre), Hsinchu (29 de octubre) e Yilan (30 de octubre); algunos oyentes solicitaron copia de la partitura de la pieza.

Mi agradecimiento a Martínez Mercado por la deferencia de incluir esta obra de mi autoría en esos conciertos dedicados al repertorio pianístico mexicano de concierto, así como mi felicitación por salir airoso de esa loable encomienda. ¡Enhorabuena!



Comparto aquí la partitura de esta fantasía. Quien se interese en exponerla en público, la puede descargar de aquí mismo. Agradecería que se me informara sobre la(s) exposición(es) pública(s) que se logre(n).




La pianista mexicana GUADALUPE PARRONDO, a quien está dedicada la pieza, hizo una grabación que se puede escuchar en

                       https://www.youtube.com/watch?v=FI60XYqtY4U&t=78s

martes, 12 de noviembre de 2019

Con Boulez en Princeton (USA)


En 1972, cuando estudiaba en Princeton, NJ (USA) en el magnífico WESTMINSTER CHOIR COLLEGE, tuve la oportunidad de conversar brevemente con PIERRE BOULEZ, a la sazón Director Musical y Principal de la Filarmónica de New York, en el intermedio del ensayo que tuvimos en la Bristol Chapel, de nuestro College, en preparación para los conciertos en New York con su orquesta. BOULEZ había venido a nuestro Campus en Princeton para ensayar el programa que cantaríamos quienes integrábamos el Westminster Symphonic Choir, programa que incluyó la "Cantata Profana", de BÉLA BARTOK, y el "Te Deum", de HÉCTOR BERLIOZ. Le pregunté si conocía la música de México, a lo que contestó que sólo sabía de Carlos Chávez.

Comparto aquí unas fotos de esa ocasión, que fueron tomadas por el colega Edwin R. Taylor, a quien agradezco el haberlas proporcionado.