viernes, 29 de enero de 2021

José Luis PARIENTE presenta "Estaciones en la Música", de Sergio CÁRDENAS


  Dr. José Luis Pariente Fragoso

(Foto: Laura Gaither)

Presentación del libro de Sergio Cárdenas 

Estaciones en la música 

Dr. José Luis Pariente

Tampico, Tam. 10 de octubre de 2000



La apreciación musical 

Hablar sobre el libro de Sergio me obliga, necesariamente, a enmarcar su obra dentro del contexto de un tema que ha sido mi pasión desde que tengo, casi, uso de razón: me refiero a la apreciación musical


Los antecedentes.

Los especialistas en este asunto atribuyen la publicación del primer tratado sobre el tema al suizo Hans Georg Nägeli, quien en 1824 dio varias conferencias en distintas ciudades alemanas. Un año más tarde publicó sus “Lecturas en música con particular consideración para los aficionados” (Vorlesungen ueber Musik mit besonderer Berücksichtigung der Dilettanten). En 1830, Fétis, destacado musicólogo belga, publica “La música al alcance todo el mundo” (La musique mise à la portée de tout le monde).

Años después, en 1880, Ridley Prentice, profesor de la Royal Academy of Music, inició una serie de conciertos populares en diversos suburbios de Londres, denominados Monthly Popular Concerts y Twopenny Concerts, y produjo una serie de libros (seis grados de ellos), llamados The musician,  diseñados para ser: “una guía y compañera del estudiante de piano ... que le ayudará a entender la música mejor y, consecuentemente, disfrutarla más”.

En 1895, en una reunión de la Musical Association (Bran Bretaña), el norteamericano Waldo Pratt decía en una ponencia que la apreciación musical debería ser incluida en los programas de estudio educativos. A pesar de lo anterior, es triste reconocer que han pasado ya prácticamente cien años y aún seguimos ayunos de esta recomendación, por lo menos en lo que a nuestro país se refiere. He llegado incluso a sospechar, junto con Sergio, de alguna malévola conspiración de nuestras autoridades educativas en contra de la música.


El siglo XX

Retomando el hilo de los antecedentes, ya bien entrado el siglo pasado, y con el auge de la radiodifusión y la producción de la música grabada, los cursos de apreciación musical se vuelven materia más común en las universidades del viejo mundo y de las norteamericanas. Así lo demuestran los libros escritos por eruditos como David D. Boyden, profesor de la Universidad de California, en Berkeley, titulado “Una introducción a la música”, o los profesores Joseph Machlis y Roger Kaimen, ambos del Queens College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que acompañaron sus libros de partituras y de espléndidas grabaciones con un diseño didáctico especialmente pensado para complementar los capítulos de sus libros.

Para esa época, la crítica especializada en los periódicos contribuía ya en buena medida a la divulgación de la música. Harold C. Schonberg, del New York Times, por citar un ejemplo, desde la década de los 60 escribió sendos volúmenes, más de corte biográfico, dedicados a Los virtuosos, Los grandes compositores, Los grandes pianistas o Los grandes directores. O los eruditos, como Roland de Candé, autor de una impresionante Historia de la Música, cuya Invitación a la música. Pequeño manual de iniciación, marcó todo un hito en esta especialidad.

Pero no sólo los críticos musicales y los especialistas se han dedicado a escribir libros de apreciación musical. Los mismos compositores lo han hecho, más a menudo de lo que los propios músicos suponen. Destacado es el caso de Berlioz, con su biografía de Beethoven o la romántica biografía de Bach del premio Nóbel de la paz, el doctor y también músico, Albert Schweitzer. O de compositores más recientes, como Stravinsky, con su Poética musical, Béla Bartok con sus Escritos sobre música popular o Leonard Berstein, que tanto hizo por la divulgación de la música en su país, desde sus programas televisivos a sus libros dedicados a los conciertos para jóvenes o su Joy of music, o Aaron Copland, con su importante volumen Cómo escuchar la música.

Intérpretes distinguidos, como Yehudi Menuhin y Giacomo Lauri-Volpi, o directores de orquesta, como Stokovsky, no han escatimado tiempo de sus apretadas agendas profesionales para escribir importantes obras para una mejor comprensión y apreciación de la música.


La apreciación musical en México

En nuestro continente destaca, como una importantísima figura en estos menesteres, la del escritor Alejo Carpentier, que en todos sus libros trasluce su musicalidad y que escribió, aparte, una importante historia de la música en Cuba.

Ya en nuestro país, si bien en la década de los 60, Carlos Chávez publica su Pensamiento musical -curiosamente, editado originalmente en inglés por la Universidad de Harvard-, los libros de apreciación musical tardaron mucho en hacer su aparición. Es hasta los años 80 que Jomi García Ascot publica Con la música por dentro. En esos años pudimos también tener acceso en México a la obra del eminente crítico y musicólogo catalán Manuel Valls Gorina. 

Unos años más tarde, Juan Arturo Brenan escribe Cómo acercarse a la música y ese mismo año, la UNAM recopila los artículos periodísticos de Jorge Velasco para integrarlos en un volumen que lleva por título, a semejanza del de García Ascot, La música por dentro. 

A finales de la década, y con un corte más bien biográfico, José Antonio Alcaraz escribe ... en una música estelar, que lleva por subtítulo de Ricardo Castro a Federico Álvarez del Toro, y en donde incluye una breve alusión a una obra de Sergio Cárdenas: el Salmo XXIII. En 1991, Fernando Díez de Urdanivia, promotor cultural que en diversas ocasiones nos ayudó a gestionar espectáculos en Tamaulipas, específicamente en el Centro Cultural, publica Mi historia secreta de la música.


Estaciones en la música

Es precisamente en esta creciente corriente de libros en la que se ubica Estaciones en la música, de Sergio Cárdenas. El libro, como el propio Sergio lo describe, es una colección de breves relatos, ensayos, traducciones e, incluso, una composición, todos ellos estructurados con el balance y equilibrio de un buen programa de concierto.

En su prólogo, Juan Villoro afirma que “Cárdenas tiene dos parcialidades declaradas: la música alemana y la mexicana.” Yo le añadiría una tercera, y sin nacionalismos: la música coral, producto, quizá, de su temprana experiencia con su familia, todos ellos amantes del canto, en el coro victorense Jorge Federico Haendel. Y para muestra un botón: la pequeña joya que engalana su libro en las páginas finales: el madrigal para coro mixto a capella sobre un poema de Octavio Paz. 

Los contenidos del libro no dejan duda de estas preferencias. Sin embargo, Mozart y Bruckner se llevan la palma, con cinco artículos dedicados a cada uno de ellos. La relación con Mozart no es de extrañar para cualquiera que conozca la trayectoria musical de Sergio y su paso destacado por el Mozarteum, incluyendo la medalla Lilli Lehmann que le otorgó la fundación cultural de esta institución. La de Bruckner, no obstante, podría escapar a aquellos que no conocen la profunda religiosidad de Sergio -religiosidad que va, por supuesto, allende de lo meramente litúrgico para acercarse más a lo cósmico- y, por ende, su natural empatía con el hombre que llevó la producción sinfónica a una de sus mayores alturas: Anton Bruckner.

La amistad y la música mexicana, por supuesto, acaparan el siguiente bloque importante de artículos, y aquí las preferencias delatan, nuevamente, la calidad humana de Sergio y la deferencia con sus amigos: Dos homenajes póstumos: uno al maestro, al genial Sergiu Celibidache; otro, al amigo, a Manuel Enríquez, para quien Sergio ha orquestado varias de sus obras. E incluida entre los grandes amigos no podía faltar la Parrondo (“uno de los más afortunados encuentros que he tenido en mi vida”, como la describe Sergio), y a quien tuvimos la fortuna de disfrutar en el Teatro Amalia G. de Castillo Ledón, bajo la batuta de Cárdenas, acompañados por su querida Filarmónica del Bajío. 

En un apartado especialmente interesante, porque nos permite ahondar en las motivaciones y sueños del autor, Sergio recorre las calles y espacios de su querida ciudad natal, en el prólogo que escribiera para mi propio libro Tema y variaciones -nuevo gesto de amistad-, para hablarnos de la precaria situación musical de nuestro entorno o reflexionar sobre la educación musical en México, en un artículo al que, sin ningún rubor, titula Sinfonía Patética.

Y más patéticos resultan aún sus últimos relatos, en donde nos cuenta la desdichada historia de una pujante y exitosa orquesta que fue asfixiada por la burocracia y la estrechez de miras, pero que obstinadamente se negó a morir, porque como dije en otra alusiva ocasión, las buenas orquestas nunca mueren, sólo dejan de sonar.

Y Sergio se ha encargado de que la música no deje nunca de sonar, reiterando con esta obra su profunda convicción de que la apreciación musical puede ser también la mano amorosa que propicie un primer encuentro, para dejar que sea la propia música la que se encargue del resto. En Alemania o en México, Sergio sigue rescatando la esencia de la música, ya sea con la batuta o con la pluma. A fin de cuentas el instrumento es lo de menos cuando se tiene algo que decir.

Y se lleva Ciudad Victoria a Berlín, en la voz de un rapero, para cantarle a Tamaulipas; o retorna de Alemania a Victoria, en el aniversario de su ciudad, para presentar “Estaciones en la música”. Y no contento con eso, se dedica al mismo tiempo a grabar sus propias traducciones del gran poeta alemán: a leer a Rilke, en español. Una nueva estación en la música y en la trayectoria intelectual de Sergio Cárdenas. Bienvenida sea.

Muchas gracias por su atención. 



  • Tabla 1. Contenido del libro

Mozart 5 (una traducción de Cioran y otra de Hans Kung)

Bruckner 5 (una traducción de una entrevista con Alma Mahler)

Schubert 2

Beethoven 2 ( una traducción de Cioran)

Brahms 2

Richard Strauss 2 (una traducción de Hermann Hesse)

Mahler 1 (traducción de Kurt Blaukopf)

Johann Strauss 1

Gerhard Winberger 1

Bach 1 (traducción de Cioran)

Schumann 1 (traducción de Hermann Hesse)

Celibidache 1

Músicos e intérpretes mexicanos 4 (Carrillo, Enríquez, Esperón, Parrondo)

Didácticos ¿Filarmónica o sinfónica?

Vivencias personales Para vivir en una isla. Buscando oportunidades para la música. La emoción del canto coral.

 Filarmónica de Querétaro.

Crítica Comentarios sobre la educación musical en México (Sinfonía patética). Apéndice (La cultura es también

 un factor productivo).

Madrigal Para coro mixto a capella, sobre un poema de Octavio Paz . (pág. 108)



  • Referencias bibliográficas

  • Alcaraz, José Antonio. (1987). ... en una música estelar. México: INBA / CENEDIM.
  • Bartok, Béla. (1979). Escritos sobre música popular. México: Siglo XXI.
  • Berlioz, Héctor. (1968). Beethoven. Madrid: Espasa-Calpe. Colección Austral, No. 992. Primera edición en español en 1950.
  • Bernstein, Leonard. (1954). The Joy of Music. New York: Simon and Schuster. 
  • (1962). Young people’s concerts. New York: Dubleday.
  • Boyden, David D. (1959). An introduction to music. London: Faber and Faber. Traducido al español (1979). Introducción a la música. Madrid: Fermar. 2 vols.
  • Brenan, Juan Arturo. (1988). Cómo acercarse a la música. México: Plaza y Valdés / SEP / Gobierno del Estado de Querétaro.
  • Cárdenas, Sergio. (1999). Estaciones en la música. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
  • Carpentier, Alejo. (1972). La música en Cuba. (2ª ed.). México: FCE. Primera edición en 1946.
  • Chávez, Carlos. (1964). El pensamiento musical. México: FCE. Publicado originalmente en inglés (1961). Musical Thought. Cambridge, Mass: Harvard University Press.
  • Copland, Aarón. /1955). Cómo escuchar la música. México: FCE. Primera edición en inglés en 1939.
  • De Candé, Roland. (1981). Invitación a la música. Pequeño manual de iniciación. Madrid: Aguilar. Publicado originalmente en francés en 1980.
  • Díez de Urdanivia, Fernando. (1991). Mi historia secreta de la música. México: Luzam.
  • García Ascot, Jomi. (1982). Con la música por dentro. México: Martín Casillas Editores.
  • Kaimen, Roger. (1976). Music. An Appreciation. Mc-Graw Hill.
  • Lauri-Volpi, Giacomo. (1974). Voces paralelas. Madrid: Guadarrama.
  • Machlis, Joseph. (1977). The enjoyment of music. (4th ed). New York: W. W. Norton. Primera edición de 1955.
  • Menuhin, Jehudi y Davis, Curtis W. (1974). The music of man. New York: Methuen. Traducido al español: (1981). La música del hombre. México: Fondo Educativo Interamericano.
  • Pariente Fragoso, José Luis (1995). Tema y variaciones. Cd. Victoria, Tam: Consejo Estatal para la Cultura y las Artes.
  • Raynor, Henry (1986). Una historia social de la música. México: Siglo XXI.
  • Salazar, Adolfo. (1967). La música. (3ª ed.). México: FCE. Primera edición en 1950.
  • Schonberg, Harold C. (1986). Los virtuosos. Buenos Aires: Javier Vergara. Primera edición en inglés en 1985.
  •  ________ (1987). Los grandes compositores. Buenos Aires: Javier Vergara. Primera edición en inglés en 1979.
  • ________ (1990). Los grandes pianistas. Buenos Aires: Javier Vergara. Primera edición en inglés en 1963.
  • ________ (1990). Los grandes directores. Buenos Aires: Javier Vergara. Primera edición en inglés en 1967.
  • Schweitzer, Albert. (1955). J. S. Bach. El músico poeta. Bueno Aires: Ricordi.
  • Stokowski, Leopold. (1964). Música para todos nosotros. Madrid: Espasa-Calpe. Colección Austral No. 591. Primera edición en español en 1945.
  • Stravinsky, Igor. (1977). Poética musical. Madrid: Taurus.
  • Valls Gorina, Manuel. (1978). Para entender la música. Madrid: Alinaza Editoria.
  • ________ (1982). La música en el abrazo de Eros. Barcelona: Tusquets Editores. Colección Los cinco sentidos.
  •  ________ (1984). Aproximación a la música. Reflexiones en torno al hecho musical. Barcelona: Salvat. Biblioteca Básica Salvat, 95.
  • Velasco, Jorge. (1988). La música por dentro. México: UNAM.






                                                               Esta edición está agotada.

martes, 5 de enero de 2021

En el 90º cumpleaños de ALFRED BRENDEL

 https://es.wikipedia.org/wiki/Alfred_Brendel. 

El magnífico pianista Alfred BRENDEL se ha destacado, asimismo, como poeta. Descubrir esa faceta de él me causó gran alegría e incrementó mi admiración a su aportación musical. Comparto unos poemas de la autoría de este preclaro músico quien, también en su poesía, manifiesta su profundidad artística y "delicioso" sentido del humor.


El asesinato de Mozart

 

Cuando Mozart fue asesinado

nadie imaginó

ni siquiera Haydn

que había sido nadie menos que Beethoven

quien cometió tal abominable acto

 

Durante un día de campo

mientras Mozart

de jugar al burro

sobre el prado descansaba

se acercó Beethoven

disfrazado de Salieri

deslizándose sin ruido cual gato

y vertió veneno en el oído

del creador de la Pequeña Música Nocturna

 

Aquí hay que mencionar

que en la vida de Beethoven

había un secreto celosamente guardado:

Beethoven era NEGRO

Y Mozart LO SABÌA

Tras uno de los famosos conciertos

de Fortepiano de Beethoven

se oyó a Mozart decirle a media voz a Süssmayr

"Pa' ser negro no toca del todo mal"

 

Ahora estaba recostado

y el veneno fluía en sus venas

Riendo furibundamente en sus adentros

el joven malhechor abandonó el lugar

en posesión total de la tonalidad de do-menor

que a partir de esa hora

nadie se la discutiría jamás.

 

(De: Kleine Teufel, Pequeños Diablos, 1999)

 

Traducción desde el alemán original de

© Sergio Ismael Cárdenas Tamez,

Ansbach, 25 de febrero, 2005.


Repentinamente se volvió fácil

perderse

en el amor

Un día

uno se busca

y nada encuentra

de cualquier manera no ahí

donde uno supondría

es decir  en uno mismo

así, uno debe

haberse salido de sus casillas

pero no apresurado

sino ligero y contento

sometido a una nueva

y paradójica gravedad

que

gravitando en el espacio

atrae hacia sí

a los astronautas del sentimiento:

cabeza y corazón.



Traducción del alemán original de

(c) Sergio Ismael Cárdenas Tamez

Ansbach, 12 de agosto, 2004.

 

Brahms 


Cuando por la noche aparece el fantasma

y merodea alrededor del piano

entonces sabemos

que Brahms ha venido


Eso no sería malo

si el olor a puro

no dejara la sala de música apestosa por días


Peor aún es ciertamente

su manera de tocar el piano

Este barullo de acordes y octavas dobles

despierta hasta a los niños de su sueño profundo


“Otra vez Brahms”

se quejan

y se tapan los oídos

Malhumorado y humeante

se queda el piano

cuando Brahms se levanta


“Brahms”

dice varias veces

con lamentosa voz de tenor

antes que él se largue.


Traducción del alemán original de © Sergio Ismael Cárdenas Tamez,

Ansbach, el 11 de febrero de 2004. 



Los Tres Tenores

 

Cuando Christo empacó a los tres tenores

un silencio perverso cayó sobre el mundo civilizado.

Asentados en las agudas regiones del Falsetto,

un par de sonidos suplicantes, apenas audibles,

atravesaron la arpillera de los amantes de  la ópera

a los pies de la Scala, quienes los registraron

medio enojados y medio jubilosos

mientras, por la situación, quedó en misterio

el origen de un ensordecedor y solitario sonido agudo.

Sin embargo, se puede sospechar que ese agudo cantado

habría que agradecérselo al más corpulento

y ubicado en el centro de las tres celebridades,

cuyo perfil como de momia

repentinamente se tambaleó

mientras de manera simultánea

el enviado del país más libre del mundo

encontró duras palabras que expresaron la preocupación

de su gobierno por el perjuicio y amordazamiento

de tal afán comunicativo.

 

Como próxima meta de viaje

estaría la inminente empacada en plástico gris

de Robert Wilson y de Peter Sellars

a media altura de la Catedral de Colonia

para que todos los amantes de la ópera

los puedan ver.

 

(del libro: Kleine Teufel)

Traducción desde el alemán original de

© Sergio Ismael Cárdenas Tamez, 

México, D.F., el 2 de junio, 2005





 



domingo, 3 de enero de 2021

Un homenaje a MOZART, con la Filarmónica del Bajío, en 1991.

 

                                                                       En Irapuato, Gto.






De la época con la CAIRO SYMPHONY ORCHESTRA

                                                            El Homenaje a OCTAVIO PAZ 






                                                                      La gira a CHINA




                                                                  El Concierto Inaugural











viernes, 1 de enero de 2021

Joseph BRODSKY: El 1 de enero de 1965

 Del poeta ruso, Premio Nobel de Literatura en 1987:

JOSEPH BRODSKY 

(1940-1996)


El 1 de enero de 1965 

(En el destierro en Noreskaia) 


Los magos se olvidarán de tu domicilio. 

Ninguna estrella brillará sobre tu cabeza. 

Sólo oirás el viento que, como otrora, 

llorará ronco en la ventana. 


Arrojas la sombra, cansado, ciego, 

apagas la vela, te acuestas, 

pues los días y no las velas, son aquello 

que el calendario te promete. 


¿Qué es eso? ¿Tristeza? Pudiera ser. 

De memoria me sé el refrán. 

Se repite siempre. Una rima. 

En el futuro deberá seguirse repitiendo. 


Deberá hacerse oír en el momento del muérete ahora 

como gratitud de los ojos y de la boca 

a aquello que mudo fuerza nuestra vista 

a irse lejos tiesamente. 


Luego, silencioso, echas una mirada a la pared: 

el calcetín sigue vacío. Eso fue todo. 

Y entendiste: dede hace mucho que 

la avaricia es la garantía de lo que es la vejez. 


Es demasiado tarde para creer en milagros. 

Alzas la vista al cielo, vives. 

De pronto sientes con claridad: tú mismo 

eres el regalo. 


Traducción de © Sergio Ismael Cárdenas Tamez, de la versión vertida al alemán por Ralph Dutli desde el ruso original. Ansbach, el 5 de enero de 2003..