Con la ORQUESTA SINFÓNICA de la ESCUELA NACIONAL DE MÚSICA-UNAM, en el Concierto Inaugural del Parque Cultural Reynosa, el 17 de agosto del 2010.
domingo, 26 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
La fina y culta opinión de un músico total
Omar ÁLVAREZ
La fina y culta opinión de un músico total
por Omar Álvarez Martínez*
Conocí a Sergio Cárdenas aproximadamente unos doce años atrás, cuando yo iniciaba, mejor dicho: rasguñaba, los albores de mi formación como músico profesional, en la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez. Recuerdo con claridad, que como violinista de dicha orquesta, tuve la oportunidad de compartir dos programas musicales, donde Cárdenas fue el director concertador. El primero fue una gala de música mexicana, la cual incluyó una selección de arreglos de música popular para orquesta, pero del que tengo un vivido recuerdo, fue del segundo programa donde la obra central fue la Sinfonía Concertante para violín y viola de W. Amadeus Mozart. En aquel momento cuando, con inocencia, creía ya dominar los fundamentos básicos de la música con un mediano dominio técnico como violinista, sucumbí ante la vigorosa personalidad de su batuta, de la cual con una certeza monumental hizo, por vez primera recrear música por aquella orquesta. En aquel momento sus conceptos musicales, me revolvían la cabeza y hasta confundían la visión simplista que tenía sobre la música, fue la primera vez que sus palabras trastocaron mi entendimiento.
Desde aquel entonces, cosa que nunca había comentado con el maestro, su personalidad artística e intelectual comenzó a reconfigurar mi ser musical. Fue hasta el año de 2006 en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México al inicio de mis estudios de posgrado cuando me reencontré con el maestro Cárdenas. De inmediato busqué la forma de cursar alguno de mis seminarios de interpretación musical con él; por desgracia en un acto de negligencia institucional, Cárdenas sólo estaba facultado para impartir cátedra a nivel licenciatura y propedéutico. Finalmente fue hasta el segundo semestre de dicho año cuando logré que el comité de posgrado de la Escuela Nacional de Música aprobara a Cárdenas como mi maestro de música de Cámara. De esta forma tuve la fortuna de, por dos semestres, aprender, gozar y vivir con intensidad plena las energéticas y contundentes clases del maestro Cárdenas. Sin caer en la exageración, aquellos semestres fueron una prueba de resistencia intelectual, psicológica y física.
Fue en este tiempo donde, con la más estricta disciplina musical pude abordar un demandante repertorio, desde un entendimiento más elevado. Como dije, años atrás había sido sorprendido por la personalidad de Cárdenas, en este tiempo ese sentir se confirmó, para mi fortuna, descubrí a un ser humano íntegro, disciplinado y con una pasión y amor a la música que sobrepasaban mis estándares conocidos, las cuales jamás rayaron ni en la cursilería o en la exageración.
De igual forma el libro que hoy presentamos, Una dimensión no lineal, nos muestra en primer plano, y sin pretensión alguna, a un ser humano, comprometido con el quehacer cultural, social, artístico y musical. En este punto, comienzo a hablar sobre el libro en cuestión. Me permito compartir con ustedes una breve incursión en el único discurso que se transcribe en este libro intitulado: El verdadero aliento de vida, el cual, a mi juicio es una visión total y condensada de la personalidad y el compromiso social-artístico de Cárdenas, donde dilucidamos con claridad un ser, como él se auto describe, sintiente, en lo sensorial como en lo emocional. De esta forma, Cárdenas cautiva con una redacción ágil, desde un descriptivo y detallado júbilo, el cómo fue su acercamiento a la música, su enamoramiento y la necesidad de vivir y deberse a esta, todo esto, por medio de aquellos recuerdos de su natal Tamaulipas, mismos que vívidamente persisten dentro de él, conformando su croquis histórico que lo corrobora como dicho ser sintiente.
Es de obviarse que siendo el autor un músico de altísima factura sea la música, en lo que respecta a este libro y casi en su totalidad, la que detona y concentra la mayor parte de la temática de este. Lector, llamo tu atención y advierto que esta obra no es otro compendio más, producto del aburrido, egocéntrico y pretencioso punto de vista de cualquier artista. Por ejemplo, en el mismo discurso antes mencionado, podemos leer como Cárdenas ofrece una descripción significativa de la música, que sin caer en el extremo descriptivo del exégeta o del académico, pero con absoluto fundamento, nos dice:
[…]Ha sido el sentido, el rumbo de la música, de la gran música, lo que ha marcado mi vida. Referirse a la música es referirse a la suprema manifestación humana, que a través de los sonidos permite la identificación con el cosmos, manifestación cuya esencia es de índole divina y, por ende, es sublime por inaprensible, universal por verdadera, irresistible por bella. […]
Estoy seguro que esta referencia, despierta en cualquier lector atento, no excluyendo al músico conocedor, un imaginario colorido y una sólida postura de lo que el humano, puede nutrirse con la música.
No quiero que mis palabras retraten un libro novelado. Por el contrario, es esta vibrante y bien estructurada palabra, la que nos cautiva, la que causa y genera discusión interna, que la fuerza del pensamiento de Cárdenas impacta con humildad en todo aquel que se interese y cultive el amor por la música, por el arte.
Desde mi postura como músico e intérprete, no busco en la música el goce egocéntrico a través de la repetición de sonidos, de ritmos y de tradiciones viciadas. Personalmente, vivo comprometido, en una búsqueda diaria, aun no completa, del complejo entendimiento musical, del dominio, de la interpretación y la apreciación del fenómeno musical.
Es por eso que encuentro dentro de los ensayos dedicados al estudio y significado del fenómeno musical en este libro, un inestimable valor, ya que contienen una parte esencial de los conceptos que, durante aquellos dos intensos semestres de estudio en el posgrado dentro de la cátedra de Cárdenas, escuché de primera mano sobre el entendimiento musical a través de una comprensión fenomenológica y hermenéutica. Es así como me permito enfatizar la inequívoca importancia del primer ensayo que Cárdenas nos presenta en esta obra, el cual a su vez da título a este libro.
Una dimensión no lineal, es un ensayo en el cual el autor elabora un complejo texto, donde sin celo alguno, desde la visión del compositor e intérprete de la música, nos guía en el significado y entendimiento de los aspectos básicos que conforman el fenómeno musical. Debo enfatizar que dicho conocimiento, no es producto de un irresponsable libre albedrío. Por lo contrario, la información vertida en este ensayo es un ejemplo absolutamente justificable desde diversos niveles, como el filosófico, científico o fenomenológico. Ejemplificando lo anterior, cito la explicación que Cárdenas ofrece sobre el sonido:
[…] El sonido en música es un fenómeno acústico (audible) que se genera cuando una masa es puesta en movimiento, vibra de manera regular y en el proceso, [el] (camino) de regreso a su estado original de inmovilidad, su movimiento vibratorio se va subdividiendo de manera proporcional (cada vez más pequeño), generando con ello epifenómenos o sonidos parciales (armónicos) que constituyen una familia del fenómeno acústico inicial, conocido como fundamental. Así entendemos por sonido un mundo complejo y diáfano de acontecimientos audibles y medibles que, sin embargo, constituyen una unidad acústica y, por ende son inseparables o indivisibles. […]
En este caso, Cárdenas prepara al lector para posteriormente llevarlo a conceptos y significados más complejos, pero no menos básicos. Es aquí donde este cuidado discurso permite a todo tipo de lector adentrarse correctamente en una dimensión organizada con respecto al fenómeno musical. Aún más, el texto impacta con contundencia en el músico profesional, pues cuestiona y organiza conceptos, de índole básica, que durante años y en múltiples instituciones musicales se han enseñado de forma errónea, confundiendo las bases y deformando la lógica y la naturaleza musical. Estoy seguro que este libro generará una gran polémica en torno de todo aquel que esté involucrado, por mínimo que sea, en el ambiente artístico y en la música, trastocando su interés y sus ideas.
Lector, te invito a que disfrutes y juzgues por ti mismo este libro, estoy seguro que cada palmo de el nutrirá de forma benéfica tu ser; predisponte a conocer la fina y culta opinión de un artista en serio, no en serie, de un músico total.
Texto leído por su autor en la presentación del libro UNA DIMENSIÒN NO LINEAL (Cuadernos de El Financiero), de Sergio Cárdenas, llevada a cabo el 10 de septiembre del 2010 en la Casa de Cultura de Tamaulipas en la Ciudad de México (Ernesto Pugibet 173, Centro Histórico).
*Omar Álvarez Martínez (Ciudad de México, *1979), es violinista, con Licenciatura y Maestría en esa especialidad por la Escuela Nacional de Música-UNAM; es profesor de violín en el Instituto Cedros y en la Escuela Nacional de Música-UNAM.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Beatriz MACÍN: La hermosa terquedad de ser leal a sí mismo.
Texto leído por su autora en la presentación del libro UNA DIMENSIÓN NO LINEAL (Cuadernos de El Financiero), de SERGIO CÁRDENAS, el 10 de septiembre del 2010 en la Casa de la Cultura de Tamaulipas en la Ciudad de México.
La hermosa terquedad de ser leal a sí mismo
Comentario de Beatriz Macín(*) en la presentación del libro UNA DIMENSIÓN NO LINEAL, de Sergio Cárdenas (Cuadernos de El Financiero).
Hay una frase de mi padre, Raúl Macín, filósofo, teólogo y escritor, que ahora retomo porque considero que es perfecta para definir a Sergio Cárdenas en cuanto a su trabajo y su creación: es el vivo reflejo de la hermosa terquedad de ser leal a sí mismo. En el ensayo que da nombre a este libro, nos habla de la posibilidad de volverse otro sin dejar de ser lo que se es y con su quehacer nos demuestra que en los ámbitos en los que se desenvuelve no ha renunciado a nada de lo que le ha formado; al contrario, siempre encuentra elementos para enriquecer esa formación. Además, si algo lo distingue es la capacidad de compartir. No hay un solo gesto de egoísmo en su actitud ni en su desempeño. Parte de ese compartir es este libro que ahora nos ocupa, y nos ocupa muy bien, por cierto.
Una dimensión no lineal nos ofrece diez ensayos sobre la música y otros temas. Pero no sólo eso, el autor nos da todo un contexto, nos explica, nos enseña y nos ilustra con toda la vocación de un educador; y tan bueno es que al iniciar la lectura inmediatamente se empiezan a aclarar muchas cosas que debieron ser obvias desde hace tiempo si uno realmente fuera un buen escucha. Como sucede en no pocas ocasiones a lo largo de la vida, no lineal, cierto, en esta ocasión y con su guía reaprendemos a leer y a escuchar. Sergio Cárdenas nos hace cobrar conciencia de nuestra relación con la música, lo vital que resulta en nuestra cotidianeidad, lo mucho que nos alivia y alimenta, cómo se convierte en un puente para alcanzar la trascendencia cuando finalmente la integramos, la asumimos y le permitimos que nos envuelva y nos lleve a espacios que de otra manera jamás conoceríamos. El autor nos pide trabajar esta relación, cortejar a la música como lo que es: una compañera de vida.
Una dimensión no lineal incluye varios aspectos. Uno histórico, uno técnico, el crítico, y otro que es el que le da su invaluable oportunidad: el subjetivo, el íntimo. Sergio desmenuza eso que nos quiere transmitir, lo analiza con reconocida autoridad para sus lectores, cuestiona, fundamenta y concluye. Más fácil imposible. Por ejemplo, si lo observáramos estudiar, seguro no tendría un metrónomo sobre el piano, y nos dice por qué. Ojala mi abuela hubiera leído este libro, como su alumna de piano me habría ahorrado muchas angustias, y hasta ahora se por qué.
La música y la vida en una perfecta analogía; hay que asumir la lucha por conservar su ritmo, su riqueza, su energía, su pureza, su pasión, la frustración y la recompensa. La música exige una reacción, una respuesta, imposible quedarse indiferente ante ella, exactamente igual que con la vida; porque de hacerlo, nos estaríamos perdiendo de todo.
“De la memoria y el recuerdo, del texto y de la huella, surgen dos constituyentes esenciales del hombre: la palabra y el silencio”, nos dice Félix Duque (1) en La humana piel de la palabra. En Una dimensión no lineal encontramos el reconocimiento al valor de cada uno de estos conceptos: texto, huella, palabra y silencio. Sobre todo la palabra (voz) y el silencio. El autor comparte con nosotros lo que le es esencial, familiar, la fuerza que lo impulsa. Generosamente nos ofrece un consejo: apreciar el silencio, volver un poco a la virginidad auditiva; y después, sin influencia ni manipulación, escuchar las grandes obras musicales. En vivo, de preferencia, para contagiarnos de la emoción y de la entrega de los ejecutantes y de su director. Circunstancia deseable al iniciar cualquier relación: volver a ser ingenuo, convertirnos en la temida página en blanco del escritor, ser merecedores de esa entrega. Con la música, como lo plantea Sergio Cárdenas, eso es posible.
Sergio ve lo invisible. Tiene lo que los menos sensibles llamamos vocación. Pero por suerte no nos olvida. En su compartir enriquece su capacidad de dar, y lo vuelve a compartir.
El poeta es el vigilante de la palabra del ser, afirmaba el filósofo alemán Heidegger (2) aludiendo a Hölderlin (poeta lírico) (3). Cárdenas es quien nos sugiere cómo la música nos pertenece, o mejor dicho, cómo le pertenecemos a la música. De acuerdo, esta es una relación dialéctica. Él vigila el ritmo del ser y debemos acompañarlo para adquirir, conservar o preservar esa cadencia. La música es luz, es espacio, es ensueño, es libertad. ¿Se imaginan a alguien más libre?
El arte no se presta para fingir, nos dice. El arte nos desnuda y no por ello nos deja desprotegidos. Nos regresa a nuestra condición natural, más humana. Nos obliga a reconocernos, a sumarnos, a ser agradecidos.
¿No creen en los milagros? ¿En las maravillas? Sergio Cárdenas parece que sí. Basta observar la esperanza, la sorpresa, la fe que profesa al hombre, al ser humano. Una dimensión no lineal nos incluye a todos.
Como buen maestro, nos cuestiona: ¿la música es un mero ornamento para guarnecer las noches vacías… o para disipar o avivar el silencio de la soledad…? Puede ser, claro. Pero cuando nos damos cuenta, la música supera cualquier compañía y nos dejamos sorprender ante un amanecer escuchando, ahora sí escuchando, como nunca antes satisfechos, la voz divina, los acordes mágicos de una entrega sinfónica, rítmica, natural, obediente a la batuta del Maestro Cárdenas. Su magia llena de sonidos la ausencia de lo material, nuestra soledad se ve enriquecida, agradecida, bendecida.
Sergio Cárdenas nos presenta un nuevo concepto: discurso sonoro. Sentimos su solidez, su tibieza. Qué fácil dejarnos envolver, necesitamos dejarnos envolver. El maestro es un creador. Es un transformador, como pocos, muy pocos. Solo el movimiento lleva a la transformación. Sergio identifica plenamente el movimiento; es incapaz de quedarse indiferente, se rebela ante la posibilidad de la negación, está bien plantado, dirían las abuelas.
El discurso sonoro nos obliga a poner atención. No es un discurso cotidiano.
Escuchar, dejarse invadir, estar dispuesto a ser seducido, contonearse a ese ritmo particular. Integrarnos, alimentarnos. Es el tiempo y el espacio en los que ‘el yo se concede el derecho a ser extraordinario’. Somos extraordinarios y la conciencia de ello se la debemos a estas páginas. Cárdenas nos reconoce como especiales, eso nos agrega valor; el cuidado que nos pone, nos agrega valor; que se encuentre hoy entre nosotros, nos agrega valor; que sea mexicano, tamaulipeco, nos agrega valor. Que nos tolere como nos tolera, le agrega valor a él y se lo agradecemos, ¿o no?
Su trabajo transforma lo creado y crea lo que después tendrá que transformarse. ‘Eclesiastés’ significa el que habla delante de la eclesía, de la asamblea, del pueblo: el maestro Sergio nos enseña a escuchar para que tengamos derecho a reír, a llorar. Nos convierte en su asamblea.
Nos dice que el arte ayuda a recrear la existencia, a generar o recuperar el amor, el respeto a la vida. Solo el que ama es capaz de trabajar para transformar; compromiso ineludible consigo mismo.
Amándola, aprendemos a conocer la música. Conociéndola, aprendemos a amarla. Círculo perfecto, amor eterno, inacabable.
En este texto percibimos que Sergio Cárdenas ha cedido a la tentación de la conquista, asunto fácil, para dar paso al servicio, que es entrega, que es aportación, movimiento, conciencia.
La Biblia nos habla de Tesalónica, la ciudad de la esperanza, en la que deberíamos habitar todos de alguna manera; y seguimos buscándola porque la necesitamos para adquirir fuerza. En nuestro Tamaulipas querido, en nuestro México amado, necesitamos la esperanza, el silencio y los acordes que se sometan como nosotros no solo al temperamento del músico, sino a la palabra tan bien armonizada, a la verdad tan bien reconocida y a la propuesta cultural nunca antes mejor planteada que Sergio Cárdenas representa y que plasma en este texto.
Ha sido el primero en exigir que la cultura y las artes estén consideradas dentro de los derechos fundamentales del mexicano que enuncia la Constitución Política. Les recomiendo ampliamente el ensayo El verdadero aliento de vida, discurso que pronunció en mayo de 2007 ante los poderes constitucionales del estado de Tamaulipas, durante la ceremonia en la que recibió la Medalla al Mérito Luis García de Arellano. Cuando esto se logre, no debe haber duda de ello, otro será este país.
Mientras, empecemos por reconocer que nuestro caminar no es lineal, que nuestras expectativas no son lineales; que aunque la línea recta sea la más corta, son más desafiantes, más formadoras, más enriquecedoras, las dimensiones no lineales.
Muchas gracias.
* Beatriz Macín es la Directora de la Casa de Cultura de Tamaulipas en la Ciudad de México (Ernesto Pugibet 173, Centro Histórico. casadeculturadetamaulipas@yahoo.com.mx ). Texto leído por su autora el 10 de septiembre del 2010.
(1).- Félix Duque Pajuelo es licenciado en Filosofía y Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, y doctor por la misma universidad en 1974 con la tesis: Experiencia y sistema. Una investigación sobre el "Opus postumum" de Kant. Entre 1974 y 1982 ha impartido Antropología, Filosofía de la Naturaleza y Metafísica en las Universidades de Madrid (Complutense), Valencia y Madrid (Autónoma). Entre 1982 y 1988 ha sido Catedrático de Metafísica en la Universidad de Valencia. Durante ese período ha sido Gastprofessor en el Hegel-Archiv der Ruhr Universität Bochum entre los años 1983-1985 y 1987-1988. Desde 1988 es Catedrático de Filosofía (Historia de la Filosofía Moderna) en la Universidad Autónoma de Madrid. Su investigación se orientó primero hacia la antropología, la filosofía de la naturaleza y la hermenéutica. En la actualidad investiga sobre las doctrinas del idealismo alemán y del romanticismo, así como sobre filosofía de la técnica y de la cultura, mito y religión, y también arte contemporáneo (postmodernismo).
(2).- Martin Heidegger (1889 - 1976) fue un filósofo alemán. Estudió teología católica y luego filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, y fue discípulo de Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (1923–1928) en Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.
(3).- Johann Christian Friedrich Hölderlin (1770 –1843) fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo romanticismo.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
domingo, 5 de septiembre de 2010
CIMA y SIMA, en Zacatecas, Zac. (México)
El viernes 3 de septiembre, 2010, atendiendo la invitación del Dr. Gonzalo de Jesús Castillo, Director General del Cuarto Congreso Internacional de CIMA y SIMA: Musicología en Acción, participé en ese Congreso con la ponencia "MANUEL ENRÍQUEZ: Visión de los Vencidos, para solistas vocales, coro mixto y orquesta sinfónica. Textos de Miguel León-Portilla. Épica musical sobre un acontecimiento fundacional de la historia de México."
El Congreso se llevó a cabo en el hermoso Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, de la capital zacatecana.
El Congreso se llevó a cabo en el hermoso Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, de la capital zacatecana.
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