Sergio Cárdenas (*1951): Los Caminos de la Tempestad y de los Himnos, para rapero (declamador rítmico), coro mixto y orquesta sinfónica. Poema de Dyma Ezban. (Tercera parte del collage: Beethoven visita México)
por Tania Castillo
La ruptura es característica de genialidad; Es también la virtud del que puede tener varios caminos y se atreve a recorrerlos. Por esto y más la obra del Maestro Sergio Cárdenas trasciende la música y la poesía –en este caso rapeada- con el poema del guanajuatense Dyma Ezban: Ludwig Van Beethoven. Si bien, Beethoven fue un innovador que integró el coro a la forma sinfónica, Sergio Cárdenas, a su vez, hace su propuesta incorporando el Rap.
El collage sinfónico coral Beethoven visita México se estrenó mundialmente en el XXXIV FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO en la Ciudad de Guanajuato en el 2006, ante una Explanada de la Alhóndiga de Granaditas abarrotada de público, bajo la dirección del mismo compositor. En dicho estreno, el rapero fué interpretado por el multipremiado actor y director teatral Claudio Valdés Kuri, despertando el furor del público, que se estremecía anonadado por la sorpresa, cuando aparentemente un cantante del coro se despojaba de su ropa “formal” para darle vida al rapero a mitad del proscenio. Nuevamente, la ruptura de la idea de un concierto de orquesta sinfónica “formal” se hace presente cuando se escucha el rap a medida que avanza la obra. El recibimiento a este gesto de rebeldía –por llamarle de alguna manera- del compositor es bien logrado y acogido por la concurrencia.
La estructura de la composición es compleja ya que requiere de un coro grande que interpreta fragmentos de la 9na Sinfonía de Beethoven en combinación con extractos de la “Missa Solemnis”, del propio genio de Bonn y con la canción mexicana “Camino de Guanajuato” de José Alfredo Jiménez. Aparentemente, uno comienza a escuchar a partir de lo particular rumbo a lo desconocido. Se reconocen en los primeros compases los ritmos de los instrumentos prehispánicos hasta encontrar a un Beethoven que emerge de su propia soledad.
A palabras de Cárdenas, la obra se originó durante su estancia en Europa, al observar que los lugareños “tarareaban” las canciones mexicanas con ahínco y pasión, sin conocer la letra. En un comparativo; casi de la misma forma en la que en América uno se deleita con la música académicamente formativa europea. En contraparte sería interesante preguntarse: ¿Qué hubiera compuesto Beethoven con los ritmos que surgen de la música mexicana y con las percusiones prehispánicas?
Por lo tanto, Sergio Cárdenas hace una inteligente simbiosis entre esos dos mundos aparentemente distanciados en cultura y costumbres musicales, para hacer el puente mágico al compartir la pasión, la orquesta, el coro y la ruptura para dar parte a la comunión.
Actualmente se trata de hacer una labor constante en donde el público asista a la sala de concierto por placer, no por una corriente intelectual, sino sensitiva, placentera e incluso catártica; Sergio Cárdenas enriquece esta labor con esta obra.
©Tania Castillo, México 2012.
La grabación se puede ver/escuchar en:
https://www.youtube.com/watch?v=pD2eM3QazZY
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