Uno de los retos que me impuse al asumir la Dirección Artística de la ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL de MÉXICO (OSN), fue el de emprender actividades de la institución fuera del ámbito del entonces Distrito Federal, buscando así darle una mayor justificación a la dimensión nacional que se implica en su nombre. En este tenor y tras gestiones que realicé de manera directa con el Gobernador Constitucional del Estado de Aguascalientes, Rodolfo Landeros Gallegos (gobernó el estado de 1980 a 1986), se pudo concretar, apenas un año después de haber asumido la titularidad de la OSN, la realización del Primer Festival de Verano de la OSN en la capital hidrocálida que, dada la avidez de la población local de conciertos clásicos de alta calidad, resultó en un gran éxito, con nutrida asistencia a todas las actividades (didácticas, para niños, cursos magistrales, conferencias, exposiciones, etc.). En la programación sinfónica destacaron los Conciertos para Piano y Guitarra, de Manuel M. PONCE, con los brillantes solistas Guadalupe PARRONDO (piano) y Mario BELTRÁN DEL RÍO (guitarra), así como la "Sinfonía India", de C. CHÁVEZ y el "Huapango", de J. P. MONCAYO.
Allí mismo, en Aguascalientes, como resultado de esa primera edición del festival (se llevaron a cabo cuatro (4) ediciones, hasta el verano de 1983), prendió la chispa que un año después devino en el Festival de Primavera de la OSN, en la capital oaxaqueña.
Se puede observar en la programación de la Tercera Edición de este Festival, la inclusión de una de las obras más portentosas de la literatura sinfónica, "La Consagración de la Primavera", de I. STRAVINSKI, que, por cierto, tuvo una memorable exposición, conincidiendo con el centenario del natalicio del compositor.
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