miércoles, 22 de julio de 2009

en la revista EXAMEN

En la revista EXAMEN:
http://www.pri.org.mx/PriistasTrabajando/documentos/Examen/ExamenJunio2008.pdf

Página 5:
PÚBLICO Y ARTISTAS DEL ARTE
por Raquel Peguero

Razones de tiempo y económicas alejan a la gente de las bellas artes. Ver televisión, escuchar música –pop comercial, sobre todo– y a veces ir al cine, son, en ese orden, su máximo acercamiento cotidiano a las manifestaciones culturales.

Las artes plásticas son un ente abstracto que se decanta en lo muy publicitado, como Frida Kahlo o Diego Rivera, o como Gregory Colbert para aquellos a quienes no les importó hacer largas filas con tal de ver la exposición fotográfica, o como el Museo de Antropología, “que siempre es interesante”. La danza “queda muy lejos, en la UNAM o en el Auditorio”, y hace años o nunca acuden a verla, aunque a El lago de los cisnes en Chapultepec sí han ido alguna vez. El teatro es “muy caro”, pero han ido porque la empresa donde trabajan les da boletos. Así vieron Hoy no me puedo levantar, Cabaret y, por gusto, El cavernícola o Monólogos de la vagina, “de las que todo el mundo habla”.
Los conciertos y la ópera “me dan hueva, la verdad, son aburridísimos”; ¿leer?, revistas de espectáculos y a veces, cuando les recomiendan algún libro, lo piden en la escuela, pero muy poco por placer, y “mucho en internet y todo el tiempo”. A la arquitectura ni siquiera la consideran (“¿puede haber arte en el condominio donde vivo?, y si existe, lo tienen los ricos”). Estas voces de una veintena de personas consultadas al azar del camino citadino, contaron su experiencia, que se acerca a lo reflejado en la Encuesta Nacional sobre Prácticas y consumo culturales que en 2004 realizó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes con 4 mil 50 personas de 15 años o más, en 27 estados de la República, en la que de “manera clara y reiterada” se señala la escolaridad como el factor decisivo para las prácticas culturales que, fundamentalmente, “se da entre las nuevas generaciones, estudiantes en su mayoría”. Ir al cine, la danza, el teatro o exposiciones, conciertos, bibliotecas y librerías, se ve “en grupos de más altos ingresos”.
En todos los ámbitos sociales la televisión es la constante; más de 95% acostumbra verla, aunque “sólo una de cada cuatro personas sintoniza algún canal cultural”; más de 87% escucha la radio; 60.1% dijo haber leído un libro en los últimos 12 meses, y 6.6%, más de 10. Los recintos más visitados son cines (80.1%), bibliotecas (68.6%), librerías (63.2%), museos (62.4%) y espacios para conciertos musicales (52.5%).

En la página 7
A su vez, Sergio Cárdenas, compositor y ex director de la Orquesta Sinfónica Nacional, sostiene que aunque “se habla mucho de que es un problema educativo, eso es cuestionable; sin restarle valor, no creo que sea lo único. Por lo general, lo que se ha entendido como la aplicación del concepto de educación es el aseguramiento de clientelas a futuro, orientar las tendencia e imponer gustos y puntos de vista”.
Se ha perdido, explica, la sensibilidad de lo que es la vivencia de cualquier fenómeno artístico,
experimentarlo en el propio espíritu, y eso se refleja en el hueco que deja en el desarrollo integral del ser humano. Muchos piensan que porque les gusta Wagner , tienen la autoridad para impo-
ner criterios, sobre todo cuando hay gobiernos que sueltan dinero para que los proyecten. Esas per-
sonas no pasan de ser aficionados e imponen ese nivel de ignorancia a quienes consumen su catálogo, pagado por el erario, que además es resultado de un énfasis informativo. Presentar el arte como simple información es la más grande aberración, porque (el arte) es una manifestación energética y como tal demanda ser vivenciada.

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