CARTAS de W. A. MOZART a
su prima BÄSLE
(Maria Anna Thekla Mozart)
(Mannheim,
05.11.777.)
¡Amadísima primísima horribilísima!
Su por mí muy apreciado escrito, me ha
llegado bien doblado y en él he visto mixto que el señor primo redentino y la
señorita prima feína, están muy bien, bien muy. Nosotros también estamos a Dios
gracias bien de salud, alud.
Yo recibí hoy el escrito frito de mi
papá, jajá! Espero que usted también haya recibido el escrito que le envié
desde Mannheim. !Tanto mejor, mejor tanto!
Ahora algo razonable:
Lamento mento que al señor prelado
salado le haya dado de nuevo huevo un ataque de embolia gloria. Pero espero que
con la ayuda de la burla divina no tenga secuelas espuelas.
Usted me escribe cribe que cumplirá su
promesa que me hizo antes de mi partida de Augsburgo y que lo hará pronto
tonto. ¡Órale, me dará ciertamente gusto!
Además me escribe, sí, lo manifiesta, lo
insinúa, lo evidencia, me hace saber, se explica, me alude, me notifica, me
informa, lo clarifica, lo exige, desea, quiere, gustaría, ordena que yo le
envíe mi retrato. Pues bien, se lo enviaré salpicado de porquería. ¡Oui, par ma
la foi, me cago en tu nariz, sí, alrededor de tu mentón!
Apropós: ¿todavía tiene el spuni cuni
fait? ¿Qué? ¿Todavía le gusto? ¡Ya lo creo! Tanto mejor, mejor tanto. Así
es, así sucede en este mundo: uno tiene la bolsa, el otro tiene el dinero: ¿con
cuál está usted? Conmigo, ¿cierto? Ya lo creo, ¡ahora está usted todavía peor!
Ahora le deseo buenas noches. Cáguese en
la cama hasta que truene. Duerma tranquila y tuerza el culo hacia la boca.
Ahora me largo al paraíso y me dormiré un poquito.
¡Oh! Mi culo arde como fuego, ¿qué no
querrá decir eso? ¿Acaso quiere salir la porquería? Sí, sí, porquería, ya te
conozco, te veo, te pruebo y...¿qué es eso? ¿será posible?...¡Por los
dioses!... Oído mío, ¿no me estás engañando?
No, así es....¡qué sonido tan largo y
tan triste!
Hoy, día 5, le escribo esto.
Ayer platiqué con la ilustre consorte
del Príncipe Elector y mañana, el 6, tocaré en el gran concierto de gala y
luego de nuevo en la recámara, como me lo ha dicho la cesaprin en persona.
Ahora le cuento algo serio, le debo
contar una historia triste que acaba de suceder en este momento:
Mientras trato de escribirle de la mejor
manera, oigo algo en el callejón. Dejo de escribir, me levanto, voy a la
ventana y ya no oigo nada. Me vuelvo a sentar, comienzo de nuevo a escribir. No
bien he escrito 10 palabras, oigo de nuevo algo. Me levanto de nuevo. Al
levantarme oigo sólo algo bastante débil...pero huele como quemado...adonde
voy, apesta.
Cuando veo hacia fuera de la ventana,
desaparece el olor; si veo hacia adentro, vuelve a oler...
Finalmente me dice mi mamá:
- Apuesto a que dejaste ir uno !!!???
- No lo creo, mamá.
- Claro que sí.
Entonces lo compruebo: pongo el índice
en el culo y luego en la nariz y...Ecce provatum est! ¡Mamá tenía razón!
Ahora que esté bien. La beso diez mil
veces y soy siempre el viejo joven cola de puerco
Wolfgango Amadé Rosahuerco
de nosotros dos que estamos viajando mil
cumplidos al señor primo y a la señorita prima
y a todos mis buenos amigos pigos mi
saludo rudo;
addio bruja loca, la quiero 333333 veces
hasta la tumba, si tengo vida.
Miehnnam, le cocin ed erbutco 7771
Mannheim,
31.10.777
¡Qué curioso! Debo escribir algo
razonable y no se me ocurre nada razonable. Y siempre lo razonable ¡da dolor de
cabeza! Mi carta está, sin duda, llena de cosas razonables y eruditas: cuando
usted la lea, se dará cuenta. Y si no la ha leído, le pido que la lea pronto,
pues mucho provecho sacará de ellas...y algunas líneas le harán brotar amargas
lágrimas.
(28.02.1778)
Mademoiselle
ma trés chére Cousine!
Seguramente habrá usted pensado o quizá
opinado que ya me había muerto !!!???..... o que esté todo
decrépito!!!???.....o tronado!!!???
Para nada: ni se le ocurra pensarlo, se
lo suplico, ¡pues pensar y cagar son dos cosas diferentes! ¿Cómo podría yo
escribir tan bellamente si ya estuviera muerto? ¿cómo sería posible? No me voy
a disculpar por mi largo silencio, pues no me creería; pero lo que es verdad,
permanece verdadero: tuve tantas cosas qué hacer que si bien tuve tiempo de
pensar en la primita, no lo tuve para escribirle, por lo que tuve que abandonar
la idea.
Pero ahora tengo el honor de preguntarle
- ¿cómo se encuentra y se viste?
- ¿si todavía anda con desparpajo?
- ¿si no anda jetona?
- ¿si me quiere todavía un poco?
- ¿si todavía escribe con gis?
- ¿si de vez en cuando piensa en mí?
- ¿si no tiene a veces ganas de
colgarse?
- ¿si no estaba enojada conmigo, con
este pobre loco?
- ¿si en buena lid no quisiera hacer las
paces conmigo o si por mi honra dejo tronar
uno?
- ¿Usted se ríe? ¡Victoria!
¡Nuestros culos deben ser la señal de la
victoria! Yo pensé que usted ya no me resistiría más. Sí, sí, estoy consciente
de mis cosas y hoy tengo aún que hacer un mojón, aunque falten 14 días para que
me vaya a París. Si usted me quiere responder desde Augsburgo, entonces
escríbame pronto para que reciba su carta. De otra manera, si ya me largué, en
lugar de una carta recibiré basura.
Basura, basura, basura, oh palabra
dulce, basura, dulzura, también hermosura, basura, dulzura, basura, lamerla oh
charmante! Basura, lamerla, ¡qué gusto me da! Basura, sabrosura, lamerla,
sabrosa basura, ¡lamer la basura!
Ahora vayamos a otra cosa: ¿Se divirtió
usted la noche de Carnaval? En Augsburgo se puede uno divertir más que aquí.
Desearía estar con usted para poder dar con usted saltos por doquier.
(20.05.780)
Salzburgo, el 10 de mayo de
milsetecientosochentito, ¡sóplame por atrasito! ¡Si lo haces bien, me hará
bien!
¡¡¡Querida, óptima, más hermosa, más
amable, más encantadora, de un indigno primo denigrada primita o
violonchelita!!!
Si yo, Juan Crisóstomo Segismundo Amadeo
Wolfgango Mozarto seré capaz de suavizar, apaciguar o ablandar el enojo suyo,
más intenso que su belleza (¡la visible y la invisible!), es una cuestión que
quiero abordar: suavizar quiere decir en la práctica cargar con suavidad a
alguien. Yo soy, de manera natural, suave cual mostaza, y la mostaza la como
con gusto, especialmente con carne de res.
Mientras tanto, todo está bien con
Lipsia, aunque el Sr.Feigelrapée quiere afirmar y aún aseverar que nada saldrá
del pasticcio, lo cual no puedo creer ni valdría la pena agacharse tanto --- si
cuando menos fuera una bolsa llena de dinero: se le podría recoger, alzar o
alcanzarla.
Por lo tanto, como le dije, no puedo dar
más, es el último precio. No me gusta regatear porque no soy vieja y por lo
tanto, ¡Olé!
Sí, mi querida violonchelita, así sucede
en el mundo: uno tiene la bolsa, otro tiene el dinero y quien no tiene ninguno
de los dos, no tiene nada, y nada es tanto como muy poco, y poco no es mucho;
por lo tanto, nada es siempre menos que poco y poco siempre más que no mucho y
mucho siempre más que poco y... así es, así era y así será. Ponle fin a la
carta, ciérala y mándala a su destino y fin culero.
Su humildísimo y obedientísimo sirviente
mi culo no es vienés.
Al reverso de la carta:
Una tierna oda
Tu dulce retrato, oh primita,
flota siempre ante mis ojos
cubiertos por lágrimas turbias
porque eso no eres tú misma.
Lo veo al anochecer
cuando la luna resplandece para mí.
Lo veo y lloro
porque eso no eres tú misma.
Por aquellas flores del valle,
que yo cortaré para él;
por aquellas ramas del mirto
con las que lo enredaré,
te evoco, fantasma:
¡Transfórmate, transfórmate, fantasma,
y deviene, oh, la mismísima primita!
Finis coronat opus. Noble Señor de
Coladepuerco
el 10 de mayo de 1785
Traduciones de (c) Sergio Ismael Cárdenas Tamez.
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