miércoles, 24 de diciembre de 2014

De DYMA EZBAN: El mejor regalo del mundo


DYMA EZBAN

EL MEJOR REGALO DEL MUNDO
                  
                                                      FELIZ NAVIDAD 
EN RECONCILIACIÓN CON LA VIDA.


Con el correr de los años
y el haber experimentado el gozo de regalar un objeto,
volvía a recurrir al objeto para hacer sentir
mi presencia y el cariño a la gente que he querido.

(En ello he recuperado espacio y tiempo,
sentidos e interpretaciones de vida hacia los demás).

Nunca he comprendido la generosidad,
pues pienso que todo mundo es y debe ser así,
entregarse, donarse, sin petición de un algo a cambio.

Nunca he tenido lo suficiente
para interpretar mis sentimientos
para hacerle sentir a la gente querida
mi afecto y mi hermandad,
en este caso,
la inmediatez de un objeto muy costoso.

Pensé que lo creado espiritualmente
sería lo más verdadero
para ofrecer un poco de la vida
de uno mismo en el otro,
y entregaba pinturas, dibujos,
discos, películas, libros. Poemas.
Ese es el regalo más indicado para
compartir y hacer cambiar
un pedacito de vida al otro.

Complicidad que uno busca
para  no quedase solo en el mundo,
para no sentirse solo.

Si se ha de dialogar con sentimientos,
más vale que sea a partir de la creación
y en el trabajo propio
por ofrecer un algo verdadero.

Sin embargo,
hasta ahora he descubierto
el mayor regalo
que se puede ofrendar a un ser amado
y es el poner frente al otro
la presencia misma del otro.
El estar presente en su vida
es participar de la vida del otro
en el diálogo de vivir.

El objeto pertenece siempre a lo histórico
y en lo histórico se queda el afecto y el querer.
La presencia trasciende lo histórico
porque es la naturaleza original
que viene a visitar y a entregarse  al ser amado.

El mayor regalo
es celebrar la presencia del otro
en mi propia presencia,
mutuamente regalarnos la vida,
nuestra propia integridad de ser.

Celebrar que somos, que estamos,
no lo  que uno o el otro ha llegado a ser,
no el saber o el poder o la belleza
o la ambición en la historia del otro,
si no el haberse conocido
e implicado en el mundo,
(o el que estemos dispuestos a serlo).

Así,
cada celebración
será un  reconocimiento
del que da y del que recibe,
Sea lo que sea el regalo,
será en el tiempo de la vida…
siempre…siempre en el  espacio de la vida.

En la equidad de la existencia
por ofrendarnos mutuamente nuestro ser.

                                                            
 León, Gto., México; 24 de diciembre de 2014.

http://dymaezban.blogspot.mx/
http://www.poetasdelmundo.com/img/DYMA%20EZBAN%20120.jpg

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