sábado, 21 de febrero de 2015

ANTONIO PORCHIA : Voces


ANTONIO PORCHIA : Voces
(Stimmen, für Roger Caillois)

·       La verdad tiene pocos amigos. Y los pocos amigos que tiene son suicidas.
·       El ser humano no va a ningún lado. Todo viene a él, como el amanecer.
·       Quien me tiene agarrado de un hilo, no es fuerte. Fuerte es el hilo.
·       Nunca me abandona una cierta ingenuidad. Es la que me protege.
·       Mi pobreza no está completa: hago falta yo.
·       Si no alzas los ojos, creerás que eres el punto más alto.
·       No logro ser, con nadie, como alguien más. Entonces me quedo tal cual soy: como nadie.
·       Lo malo de ser incrédulo es creer un poco.
·       Yo sé que nada tienes. Por eso te exijo todo, para que tengas algo.
·       Vengo del morir, no del nacer. Del nacer es de donde he partido.
·       Dios mío, casi nunca he creido en ti, pero siempre te he amado.
·       Si fuera como una roca y no como una nube, mi pensamiento, que es como el viento, me abandonaría.
·       Quien todo lo perdona ha tenido que perdonarse todo a sí mismo.
·       Uno vive con la esperanza de volverse recuerdo.
·       Soy de barro, pero casi nunca lo he tocado.
·       Creo que el mal del alma es el alma misma. Un alma curada de su mal, muere.
·       El ser humano habla de todo y sobre todo, como si el conocimiento estuviera en él.
·       Una cosa sana no respira.
·       Mucho de aquello que dejé de hacer en mí mismo, se sigue haciendo en mí, por sí mismo.
·       Sí, se equivocan porque no saben. Y si supieran...Nada. Ni siquiera se equivocarían.
·       Todo es obra de los declives, como los ríos.
·       El cosmos no constituye un orden unificado. Le falta la entrega del ser humano.
·       Yo creo que nos habitamos mutuamente sin morarnos, pues morando uno en el otro no nos podríamos habitar.
·       Durmiendo sueno lo que sueno despierto. Mi sonar no termina nunca.
·       Dirígete a las alturas, en las alturas.
·       A veces me siento como en el infierno y no me quejo. No sabría de qué quejarme.
·       Si no me contento con nada es porque me contento con todo.
·       Mis ojos, que fueron puentes, son abismos.
·       El ser humano, cuando sólo es lo que parece ser, es casi nada.
·       Sí, así como entro en todas las cosas, así abandono todo.
·       Podrás medir la distancia que te separa de ellos cuando entres en contacto con ellos.
·       ?Es eso que te digo lo que te digo, o es lo que me digo a mí mismo?
·       Quise estar en algo para no estar en todo.
·       Cuando estoy cansado de tanta superficialidad, lo estoy de tal manera que necesito un abismo para descansar.
·       Nunca es caro lo que uno paga con la vida.
·       Quien no llena su mundo de fantasmas, permanece solo.
·       A veces pienso que la necesidad es tan grande, que tengo miedo de necesitarla.
·       Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas.
·       El quejarme de todo y de todos mientras crecía, se volvió un lamento mío sobre mí mismo. Y ese lamento sigue creciendo.
·       Porque eres lo mejor sobre el planeta, piensas que eres lo mejor para el mundo. !Cuanto nos mienten nuestros puntos de vista!
·       Lo lejano, lo muy lejano, lo distante, lo enconmtré sólo en mi sangre.
·       Y si lograras ser un ser humano, ?qué más podrías lograr?
·       Apenas habla quien dice la verdad.
·       Algo, antes de ser concluido, es sólo ruido. Una vez concluido, es silencio.
·       Los no-vacíos, puntos de apoyo de los vacíos, no tienen puntos de apoyo y vagabundean...en los vacíos.
·       Estábamos sólo el mar y yo. Pero el mar estaba solo y yo me sentía solitario. Uno de los dos faltaba.
·       Mi pesadez viene de los abismos.
·       La tierra tiene lo que levantas de ella. No más.
·       Sólo la herida habla con su propia palabra.
·       Lo indomable del ser humano no es su maldad, sino su bondad.
·       Las quimeras vienen solas y se van acompanadas.
·       Si alguien dispara una flecha para herirme, alcanza una herida consumada y no me puede herir.
·       Hay dolores que perdieron la memoria y no se acuerdan porqué son dolores.
·       El ser humano que no se está quejando, casi ni existe.
·       Dirán que te encuentras en el camino equivocado cuando andes tu propio camino.
·       Tenemos un mundo para cada quien, pero no tenemos un mundo para todos.
·       La maldad me conmueve con debilidad; con fuerza me calma.
·       Continúo navegando mares ajenos, hasta que me vuelva náufrago en mi propio mar.
·       Uno pierde el entendimiento cuando piensa razonablemente.
·       Quien asciende escalón por escalón, se encuentra siempre a la altura del escalón.


Traducción de la versión alemana de Tobias Burghart, de © Sergio Ismael Cárdenas Tamez, Ansbach, el 2 de febrero de 2002.

Antonio Porchia (1886, Calabria, Italia; - 1968, Buenos Aires, Argentina). Poeta, estibador, ayudante de impresor.


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