domingo, 4 de octubre de 2015

EL ECUMENISMO de MANUEL M. PONCE y SERGIO CÁRDENAS

EL ECUMENISMO de MANUEL M. PONCE y SERGIO CÁRDENAS
por José Rafael BLENGIO*

Texto leído por su autor el día 8 de junio de 2008,  en Querétaro, Qro (México), en la presentación del disco compacto FERIAL, que incluye diversas obras  orquestales de Ponce dirigidas por Cárdenas al frente de varios ensambles sinfónicos.

GRACIAS es la primera palabra que pronunciaré en esta grata e importante ocasión en que el  Maestro Sergio Cárdenas nos hace otro de sus regalos espléndidos a los que nos tiene acostumbrados: un nuevo disco con música de uno de los grandes creadores, no sólo mexicano sino universal: el Maestro MANUEL MARÍA PONCE Y CUÉLLAR.

El hecho de acompañar al Mtro. Cárdenas, distinción inmerecida que confirma su sentido inalienable de la amistad, no hace más que destacar su generosidad hacia alguien que quizá sea el último de sus amigos, pero que, a pesar de tener una comunicación exigua con él, siente por este señor del arte una admiración y un afecto que el tiempo no ha menguado.

Entraré en materia.

Tomará el disco con obras del Mtro. Ponce que hoy nos presenta el Mtro. Cárdenas, como un pretexto para destacar correspondencias entre ambos creadores, que iré señalando en su momento.
Humoristicamente el poeta Enrique López Aguilar pergeña un encuentro imaginario entro los dos músicos Ponce y cárdenas para explicar la amistad y solidaridad (o mejor: complicidad) de ambos en una tarea común que nada tiene de imaginaria, porque es real y cotidiana: difundir la música del Mtro. Ponce más allá del tiempo y las limitaciones físicas. Lo que parecería ser una fantasía amable sobr estos dos personajes se torna verídica, cierta y mesurable, pues desde hace muchos años los dos han dialogado cordial y armoniosamente dentro de esa avenida ancha y misteriosa que es la música bellamente estructurada, que habla para quien tiene oídos para escucharla. Concibo al Mtro. Cárdenas como un medium no espiritista, sí espiritual, que en repetidas ocasiones, en privado y en público, dialoga con sabrosura a veces, y otras arduamente, pero siempre con convencimiento  certero, con los espíritus por él invocados. Ellos le cuenta, como Apolo con sus arúspices, secretos de una sutileza inenarrable, verdades eternas, ilusiones y desilusiones que terminan por calificarlo como un miembro más de la fraternidad universal de las almas evolucionadas.
Cuenta la anécdota que e gran director Erich Kleiber, admirador y divulgador de la obra del Mtro. Ponce, dijo en un ensayo después de oír el Andante del “Concierto del Sur” (para guitarra y orquesta) : “¿De qué lugar del cielo ha recibido usted la inspiración que desborda este pasaje?” Y la respuesta del gran guitarrista Andrés Segovia, amigo insobornable, fue: “Del lugar en que se hallan los que, además de ser músicos, son almas superiores. Ha sido un mensaje de ellos para el hermano terrestre.”
Por ello, hablar de esa fraternidad no es tan inverosímil, como el encuentro que pergeña Enrique López en el Café de Nadie. Podríamos traer a colación lo que dicen los italianos: “Se non è vero, è ben trovato.”
Pero deseo referirme a un punto que juzgo interesante. Ricardo Miranda habla de eclecticismo en a biografía que hizo del Mtro. Ponce, en el Capítulo “Manuel M. Ponce, compositor ecléctico” (pag.11-113). Da razones sólidas y recalca:
“La adopción de una actitud ecléctica frente al proceso composicional presupone en cualquier autor dos características fundamentales: conocer lo más ampliamente posible las técnicas y medios y poseer una capacidad de síntesis que no haga de las obras un simple pastiche, una amalgama sin coherencia de diferentes ideas o elementos musicales. Está claro que Ponce poseyó ambas características y por ello su personalidad nunca se diluye en la amplitud de su catálogo musical, salvo en casos como la “Suite de Weiss”, en la que el autor se esconde de manera deliberada”.
Al final, lo que hizo el Mtro. Ponce es lo que han hecho prácticamente todos los grandes creadores. Absorber la tradición y desde ella abrir nuevas perspectivas para su arte. Desde el ángulo comentado, podría hablarse de un eclecticismo indispensable en el arte de todos los tiempos, y para demostrarlo están como a contrapelo, los casos del conformista que se abandona muellemente a la tradición, y el del temerario que pretende introducir mañosamente innovaciones sin fundamente. Ambos están condenados a diluirse en las aguas inclementes del Leteo, del olvido.
Pero no quiero ahondar en algo que otros con más fundamento y capacidad han abordado brillantemente. Quiero analizar, hasta donde me permite mi magro conocimiento, los elementos que hermanan a estos dos espíritus afines a través de la música, y es su ecumenismo, su vocación universal, su deseo de explorar vetas ricas de oro y piedras preciosas, de purificar y tallar tal tesoro y darlo generosamente al mundo, sin egoísmos, sin fronteras, in distingos, en un acto de filantropía real y aleccionadora. Si analizáramos con una cámara de rayos X o un fino microscopio, maniobra imaginaria aunque válida, a los dos personajes, lado a lado, surgirían correspondencias disimuladas por el tiempo y la distancia, pero que mostrarían sus similitudes:
-       ambos son compositores de cuerpo entero;
-       -ambos son intérpretes cabales de su obra y la ajena;
-       ambos son promotores culturales;
-       ambos son amantes animosos de su patria y de su matria, por encima de frustraciones y banderías;
-       ambos, con la vista en el futuro, tienen una visión ecuménica de la música;
-       ambos son espíritus que crecen en el misterio de lo divino, en la existencia de lo absoluto y lo intangible, pues saben que a semejanza del alma, se vuelve tangible y viva en sus obras;
-       ambos están convencidos de la gratuidad de la belleza, de la necesidad de nutrir las almas con la ambrosía de lo trascendente, de los eterno;
-       ambos, como la flecha orientada hacia el blanco, se desempeñan movidos por el amor de las esferas ideales que abarca también a los humanos.
-        
Por eso este disco  es fruto de una vieja y cautivante amistad y demuestra que la fantasía amable del poeta López Aguilar no lo es, que constituye una realidad verosímil, tangible y entrañable.
A manera de corolario, ante el “cataholos” de ambos espíritus, sólo queda decir: “Por sus frutos los conoceréis”.

Museo de la Ciudad, Querétaro, Qro (México), el 5 de junio de 2008.

José Rafael Blengio Pinto, poeta y compositor musical, originario de Hecelchakan, Campeche, fue hasta el año 2009 Profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, estado en el que radica desde hace más de un cuarto de siglo.


Hecelchakan, Campeche

Hecelchakan, Campeche

No hay comentarios:

Publicar un comentario