EL ECUMENISMO
de MANUEL M. PONCE y SERGIO CÁRDENAS
por José
Rafael BLENGIO*
Texto leído por su
autor el día 8 de junio de 2008,
en Querétaro, Qro (México), en la presentación del disco compacto
FERIAL, que incluye diversas obras
orquestales de Ponce dirigidas por Cárdenas al frente de varios
ensambles sinfónicos.
GRACIAS es la
primera palabra que pronunciaré en esta grata e importante ocasión en que el Maestro Sergio Cárdenas nos hace otro de
sus regalos espléndidos a los que nos tiene acostumbrados: un nuevo disco con
música de uno de los grandes creadores, no sólo mexicano sino universal: el
Maestro MANUEL MARÍA PONCE Y CUÉLLAR.
El hecho de
acompañar al Mtro. Cárdenas, distinción inmerecida que confirma su sentido
inalienable de la amistad, no hace más que destacar su generosidad hacia
alguien que quizá sea el último de sus amigos, pero que, a pesar de tener una
comunicación exigua con él, siente por este señor del arte una admiración y un
afecto que el tiempo no ha menguado.
Entraré en
materia.
Tomará el disco
con obras del Mtro. Ponce que hoy nos presenta el Mtro. Cárdenas, como un
pretexto para destacar correspondencias entre ambos creadores, que iré
señalando en su momento.
Humoristicamente
el poeta Enrique López Aguilar pergeña un encuentro imaginario entro los dos
músicos Ponce y cárdenas para explicar la amistad y solidaridad (o mejor:
complicidad) de ambos en una tarea común que nada tiene de imaginaria, porque
es real y cotidiana: difundir la música del Mtro. Ponce más allá del tiempo y
las limitaciones físicas. Lo que parecería ser una fantasía amable sobr estos
dos personajes se torna verídica, cierta y mesurable, pues desde hace muchos
años los dos han dialogado cordial y armoniosamente dentro de esa avenida ancha
y misteriosa que es la música bellamente estructurada, que habla para quien
tiene oídos para escucharla. Concibo al Mtro. Cárdenas como un medium no espiritista, sí espiritual,
que en repetidas ocasiones, en privado y en público, dialoga con sabrosura a
veces, y otras arduamente, pero siempre con convencimiento certero, con los espíritus por él
invocados. Ellos le cuenta, como Apolo con sus arúspices, secretos de una
sutileza inenarrable, verdades eternas, ilusiones y desilusiones que terminan
por calificarlo como un miembro más de la fraternidad universal de las almas
evolucionadas.
Cuenta la
anécdota que e gran director Erich Kleiber, admirador y divulgador de la obra
del Mtro. Ponce, dijo en un ensayo después de oír el Andante del “Concierto del Sur” (para guitarra y orquesta) : “¿De
qué lugar del cielo ha recibido usted la inspiración que desborda este pasaje?”
Y la respuesta del gran guitarrista Andrés Segovia, amigo insobornable, fue:
“Del lugar en que se hallan los que, además de ser músicos, son almas
superiores. Ha sido un mensaje de ellos para el hermano terrestre.”
Por ello, hablar
de esa fraternidad no es tan inverosímil, como el encuentro que pergeña Enrique
López en el Café de Nadie. Podríamos traer a colación lo que dicen los
italianos: “Se non è vero, è ben
trovato.”
Pero deseo
referirme a un punto que juzgo interesante. Ricardo Miranda habla de eclecticismo
en a biografía que hizo del Mtro. Ponce, en el Capítulo “Manuel M. Ponce,
compositor ecléctico” (pag.11-113). Da razones sólidas y recalca:
“La adopción de
una actitud ecléctica frente al proceso composicional presupone en cualquier
autor dos características fundamentales: conocer lo más ampliamente posible las
técnicas y medios y poseer una capacidad de síntesis que no haga de las obras
un simple pastiche, una amalgama sin coherencia de diferentes ideas o elementos
musicales. Está claro que Ponce poseyó ambas características y por ello su
personalidad nunca se diluye en la amplitud de su catálogo musical, salvo en
casos como la “Suite de Weiss”, en la que el autor se esconde de manera
deliberada”.
Al final, lo que
hizo el Mtro. Ponce es lo que han hecho prácticamente todos los grandes
creadores. Absorber la tradición y desde ella abrir nuevas perspectivas para su
arte. Desde el ángulo comentado, podría hablarse de un eclecticismo
indispensable en el arte de todos los tiempos, y para demostrarlo están como a
contrapelo, los casos del conformista que se abandona muellemente a la
tradición, y el del temerario que pretende introducir mañosamente innovaciones
sin fundamente. Ambos están condenados a diluirse en las aguas inclementes del
Leteo, del olvido.
Pero no quiero
ahondar en algo que otros con más fundamento y capacidad han abordado
brillantemente. Quiero analizar, hasta donde me permite mi magro conocimiento,
los elementos que hermanan a estos dos espíritus afines a través de la música,
y es su ecumenismo, su vocación universal, su deseo de explorar vetas ricas de
oro y piedras preciosas, de purificar y tallar tal tesoro y darlo generosamente
al mundo, sin egoísmos, sin fronteras, in distingos, en un acto de filantropía
real y aleccionadora. Si analizáramos con una cámara de rayos X o un fino microscopio,
maniobra imaginaria aunque válida, a los dos personajes, lado a lado, surgirían
correspondencias disimuladas por el tiempo y la distancia, pero que mostrarían
sus similitudes:
-
ambos
son compositores de cuerpo entero;
-
-ambos
son intérpretes cabales de su obra y la ajena;
-
ambos
son promotores culturales;
-
ambos
son amantes animosos de su patria y de su matria, por encima de frustraciones y
banderías;
-
ambos,
con la vista en el futuro, tienen una visión ecuménica de la música;
-
ambos
son espíritus que crecen en el misterio de lo divino, en la existencia de lo
absoluto y lo intangible, pues saben que a semejanza del alma, se vuelve
tangible y viva en sus obras;
-
ambos
están convencidos de la gratuidad de la belleza, de la necesidad de nutrir las
almas con la ambrosía de lo trascendente, de los eterno;
-
ambos,
como la flecha orientada hacia el blanco, se desempeñan movidos por el amor de
las esferas ideales que abarca también a los humanos.
-
Por eso este
disco es fruto de una vieja y
cautivante amistad y demuestra que la fantasía amable del poeta López Aguilar
no lo es, que constituye una realidad verosímil, tangible y entrañable.
A manera de
corolario, ante el “cataholos” de ambos espíritus, sólo queda decir: “Por sus
frutos los conoceréis”.
Museo de la Ciudad, Querétaro, Qro (México), el 5 de junio
de 2008.
José Rafael Blengio Pinto, poeta y compositor musical, originario de Hecelchakan, Campeche, fue hasta el año 2009 Profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, estado en el que radica desde hace más de un cuarto de siglo.
Hecelchakan, Campeche
Hecelchakan, Campeche
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