Durante mi época al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, impulsé acciones que reafirmaran el carácter nacional de ese organismo musical. En ese contexto, fundé el Festival de Primavera de Oaxaca de la OSN en Oaxaca, que pudo arrancar en la primavera de 1982. Don Pedro Vásquez Colmenares, a la sazón Gobernador Constitucional de Oaxaca, apoyó con mucho entusiasmo la realización de ese proyecto que devino en un triunfo total para la OSN.
Los oaxaqueños agradecían con euforia y demostrativo entusiasmo, todo lo que la OSN les brindó en las tres ediciones que conduje como Director Artístico del Festival. Y Don Pedro estaba siempre presente, apoyando en todo, secundado con eficacia por sus colaboradores: de manera notoria, por el Contador Público Emilio García.
Esas vivencias tan espectaculares, propiciaron el desarrollo de una sincera amistad con ellos, amistad que perduró toda su vida. Pero también se entablaron amistades con gran cantidad de oaxaqueños, amistades que en no pocos casos aún se mantienen vigentes.
El 4 de septiembre de 1984 decidí renunciar a la dirección titular de la OSN. En otra publicación abordaré este tema con más detalle. Informé a Don Pedro de esa decisión, lo que sentidamente lamentó.
La carta que aquí comparto, constituye un documento que, de manera concisa y elocuente, da fe de lo que he manifestado. La artesanía a la que se refiere, era un cuchillo con mi nombre tallado en él.
Oaxaca devino en una presencia constante en mi vida, siempre de manera emotiva y agradecida.
