A mediados de diciembre de 1991, estando yo en Stuttgart, Alemania, ensayando con la Filarmónica de Stuttgart el programa para los conciertos de los días 1 y 2 de enero de 1992, recibí una llamada de la oficina de la Filarmónica de Bajío, de Guanajuato, Gto (México), a través de la cual se hizo de mi conocimiento que el entonces gobernador interino del Estado, había dado a conocer en una rueda de prensa mi destitución como Director Artístico y General de esa orquesta, que fundé en 1985 gracias al apoyo visionario de Don Rafael Corrales Ayala, a la sazón Gobernador Constitucional de Estado.
Con esa acción emprendida contra mí en mi ausencia, el pirruris que la hacía de interino del gobierno estatal, se anotaba su primer "triunfo", que tuvo gran difusión mediática. El susodicho pirruris, "justificó" su decisión ante la prensa diciendo que "necesitaba el dinero para comprar armas para la policía".
Para fortuna de la cultura orquestal de México y gracias al apoyo de don Enrique Burgos García, Goibernador Constitucional de Querétaro, para abril de 1992 la Filarmónica del Bajío había cambiado su sede a la ciudad de Querétaro, que la recibió con entusiasmo y que, apenas un mes después, le dio "carta de naturalización" al cambiar su nombre al de FILARMÓNICA DE QUERÉTARO, que el 21 de agosto próximo estará celebrando el 35º aniversario de su existencia.
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