martes, 28 de abril de 2009

S. Cárdenas: Texto sobre estreno mundial de HUAPANGOS (sinfónico)

SERGIO CÁRDENAS: Huapangos, para orquesta sinfónica. Estreno mundial
Obra dedicada al Ing. Eugenio Hernández Flores, Gobernador
Constitucional del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas y
Al Pueblo de Tamaulipas.

En México, la música ha sido una expresión prioritaria del pueblo: Es parte de sus vivencias fundamentales. Los sentimientos de los mexicanos de todos los rincones de la República son, en sí mismos, razones consumadas, claras y suficientes, de una expresión que los ubica, a la vez, ante los demás humanos y en el cosmos. A través de su música, que es diáfana y poderosa, los mexicanos expresan sus desgarramientos emocionales y sus euforias existenciales, sus romances que bordan lo religioso y la exhuberancia de la naturaleza mexicana, los detalles de sus vivencias inmediatas y las dimensiones cósmicas de su transitar por esta vida a la que, como escribiera Nezahualcóyotl, “sólo venimos a soñar”.

La variada riqueza de las expresiones musicales populares de México dan cuenta del debate dialéctico existencial que ponen de manifiesto precisamente esas expresiones musicales. De entre ellas , es el huapango el que, a mi entender, resume en mucho la dialéctica existencial de la sociedad mexicana, aún hoy en día.

Huapango es un vocablo cuyo significado preciso es polémico. Se trata de una forma musical de clara descendencia prehispánica derivada del "son" como fue entendido por las comunidades negras y mulatas, y marcado por las inevitables influencias europeas de músicas flamencas y españolas. En suma, el huapango es una expresión consumada del fenómeno del mestizaje y no son pocos quienes consideran esta forma musical como la más representativa de la música mexicana.

Así, el huapango ha dejado de ser considerado un patrimonio regional mexicano (con identidad y estructuras musicales claramente diferenciadas, como es el caso de los huapangos huastecos, jarochos, guerrerenses, michoacanos o jaliscienses, por ejemplo) y devenido en la expresión musical por antonomasia de lo mexicano en música, aseveración que es, por lo menos, cuestionable.

Acercarse al huapango es ahondar en su devenir histórico-social, es introducirse en sus entrañas vitales a través del conocimiento de sus estructuras rítmicas, melódicas, armónicas y tímbricas, además de las literarias. También es reafirmar su autonomía allende sus fronteras regionales como una expresión popular que vaya más allá de la tradición oral.

Es común hoy ubicar al huapango en los contextos y/o celebraciones de corte turístico o en el marco sentimentaloide, más patriotero que patriota, que destaca y da significado a lo superficial y/o exótico de esta forma y evade abordarlo de una manera integral que lo reconozca y aprecie plenamente, como manifestación de toda una postura ética que identifica y marca rumbos, que enuncia la energía (y el potencial energético) de un pueblo cuyo palpitar se refleja en el pulso huapanguero y en su multiplicidad rítmica que con la síncopa, en sus diferentes manifestaciones, hace patente su insatisfacción ante los cánones impuestos (la síncopa como uno de los elementos que hacen del huapango una forma musical contestataria). Así, el huapango manifiesta la complejidad del devenir cotidiano de una sociedad y de cómo esa sociedad se las ingenia para apuntalar el espíritu (espíritu de complejidad semejante) que necesita para hacer frente a ese devenir.

Amén de lo anterior, entender el huapango como expresión de la dialéctica existencial de la sociedad mexicana implica no sólo ahondar en la historia socio-política de México, sino también en el papel trascendental que las expresiones musicales han tenido a lo largo de esa historia, papel que a mi juicio sintetiza de manera óptima, cual crisol, el huapango.

HUAPANGOS es una composición musical para orquesta sinfónica que emana de los postulados enunciados en los párrafos anteriores. Su primera versión, que data del año 2000, fue compuesta para una combinación instrumental no muy común: para doce violonchelos solos. Ello porque la pieza había sido encargada por los espléndidos 12 Violonchelistas de la Filarmónica de Berlín (www.die12cellisten.com) para una producción discográfica que también incluiría mi pieza “The Flower is a Key (A Rap for Mozart)”. Por acuerdo con la casa disquera se incluyó sólo esta última en la producción “’Round Midnight” de EMIClassics y HUAPANGOS, en esa versión, quedó en el archivo. Años después decidí emprender una nueva versión, para orquesta sinfónica, que es la que escuchamos esta noche gracias al patrocinio del Festival Internacional Tamaulipas 2007 y con la participación entusiasta de la Orquesta Sinfónica de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (OSENM-UNAM).

En HUAPANGOS rindo homenaje a esta vibrante manifestación musical mexicana con algunas melodías de corte huapanguero que son de mi autoría, pero también citando breves giros melódicos de algunos de los huapangos mexicanos más conocidos o de fuerte asociación con Tamaulipas, como “El Mil Amores”, “Son de La Negra”, “Guadalajara”, “El Balajú”, citado por Moncayo en su “Huapango” y giros melódicos típicos de la Picota de San Carlos.
Hacer del huapango una presencia más en nuestras vidas equivale a revalorar y reafirmar una expresión popular en la que palpita el corazón de la gente y con la que vibra la tierra mexicana.+++

© Sergio Ismael Cárdenas Tamez, 2007

*Compositor musical y director sinfónico, Profesor Titular de Carrera en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Página web de Sergio Cárdenas: www.sergiocardenas.net

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